Es la primera vez que en los casi cinco años de Los Restos del Concierto abordamos el análisis de una reedición, pero alguna vez tenía que ser. Y es que tampoco es que seamos muy dados a este tipo de maniobras, hemos debatido entre nosotros algunas veces sobre la cuestión, y dan pereza algunas reediciones de discos que ya tenemos (yo confieso haberme hecho con las de Pearl Jam). En este caso es distinto porque supone un acercamiento al tercer disco de una banda que nos gusta mucho como es My Morning Jacket. It Still Moves (2003) sale de nuevo a la luz en este 2016 con nuevos materiales, y nos apetecía adentrarnos en algunos de los discos que cimentaron su trayectoria. Llegamos tarde a My Morning Jacket, a pesar de que sabíamos por las críticas de su existencia, y del talento de Jim James. En mi caso, mi acercamiento llegó con el concierto de Pearl Jam en el Azkena de 2006. Allí estaban también My Morning Jacket, que actuaban de teloneros en la gira europea de Pearl Jam. Había leído sobre ellos, y me acerqué a la extinta Tipo (como todas) y allí estaba el At Dawm (2001), su segundo disco, y tampoco es que me llamase mucho la atención, me sonaba como un Neil Young extendido, cuestión que no les ha dejado de acompañar. En Azkena pude ver una parte de su concierto casi en primera fila, cuando todo el mundo estaba cogiendo sitio para los cabeza de cartel. Allí sonaron muy eléctricos y potentes. Luego, ya hasta Circuital (2011) no nos entregamos a la causa, aunque The Waterfall (2015) es un tanto irregular. Pero siempre nos han gustado las texturas y esas imágenes que construyen con su música.
Por lo tanto, tocaba llegar a este It Still Moves casi por casualidad (algún día lo cuento), que está entre lo mejor de su discografía junto a Z (2005). Como habitualmente, su música transcurre como un torrente en esa especie de jam sessions que se montan, y en sus inicios todavía sonaban como más ‘puros’, aunque allí estaban también esas secciones de viento y ese saxofón. Temas algunos de ellos que se van de minutaje pero que funcionan, y a mí el disco me ha encantado, la verdad (¿dónde estábamos en 2003 para no haberlo escuchado?). El inicio con ‘Mahgeetah’ es tremendo, una melodía perfecta que se inicia muy Pop pero que luego, como en otras ocasiones, deriva en otros derroteros más eléctricos. ‘Dancefloors’ es más directa, más clásica si se quiere, es contundente y el peso de la sección de viento es fundamental. Más del ‘Americana’ (no sé si es una etiqueta en la que se sientan cómodos los My Morning Jacket) es ‘Golden’, que también tiene un comienzo acústico y acaba en un final que te lleva en volandas. Y ‘Master Plan’ también te lleva con un inicio contundente y con la voz tan característica de James en todo lo alto. Grandísima es ‘One Big Holiday’, un tema que está entre mis favoritos, muy dinámico y con esas guitarras del inicio que te transportan. Por encima de los nueve minutos se sitúa ‘I Will Sing You Songs’, lo estiran muchísimo pero tiene un final que te gana a medida que crecen las escuchas.
En ‘Easy Morning Rebel’ vuelven a meter la sección de viento, puede que sea más experimental, que en algunos momentos se diluya, pero también firman un final de altura. Muy ambiental y ecléctico es ‘Run Thru’, donde también dan algunos giros, destacando el momento más eléctrico. Menos conseguido está, en mi opinión, ‘Rollin Back’ que se va casi a los ocho minutos, el que menos me convence de todo el disco. Y otra canción donde construyen poderosas imágenes es ‘Just One Thing’, que dura apenas tres minutos pero que tiene toda la fuerza y energía del resto. Y ‘Steam Engine’, más de siete minutos, se convierte en mi canción favorita a medida que he ido escuchando el disco, con la voz de James en esos agudos como uno de sus elementos destacados. El final es para un tema más acústico, ‘One in the Same’, que cumple con un punto trascendente o litúrgico, apoyado en la voz de James.
Hay un CD que justifica la reedición y que aporta tres canciones nuevas y las demos del resto, excepto ‘One Big Holiday’ y ‘Just One Thing’. Las segundas, vienen bien si quieres ver la evolución de las canciones y sus orígenes, pero poco más. De las primeras, ‘El la Ceremony’ es un tema que no encaja con el resto en parte porque añaden otros elementos como una guitarra española y un piano, pero acaban creando una canción interesante. En cuanto a ‘Grad a Body’, es prácticamente instrumental en su totalidad, comenzando de nuevo con el esquema sabido, la contundencia del inicio para ir cayendo en las melodías. Y ‘That’s Too Bad’ también es un poco anómala, tiene un punto muy Beatle, y acaba funcionando.
Habrá gente que encuentre a My Morning Jacket reiterativos, o que esos temas tan largos se les puedan atragantar, pero creo que es una de las principales bandas contemporáneas. Nosotros llegamos tarde, como hemos señalado, pero ocasiones como esta reedición de It Still Moves son una buena oportunidad para sumergirnos en el universo de los de Kentucky. Esperemos que pronto llegue su nuevo trabajo, mientras tanto a disfrutar de esta reedición.