Hace unas semanas tocaba hablar del disco de Alabama Shakes y decíamos que señalábamos a esta banda cada vez que hacíamos referencia a lo que esperábamos de cada año. Pues bien, con My Morning Jacket nos pasaba lo mismo, teniendo en cuenta que su disco anterior era de 2011, el fantástico Circuital. Han pasado cuatro años hasta la llegada del séptimo disco de la banda de Jim James, este The Waterfall, séptimo de su carrera, aunque en 2013 tuvimos su primera entrega en solitario con el atmosférico Regions of Light and Sound of God, que nos dejo un gusto agridulce. My Morning Jacket es una de las grandes formaciones del rock norteamericano de las últimas dos décadas, un grupo muy apreciado por la crítica pero que no ha alcanzado esa gran visibilidad lejos del circuito más especializado. No será por falta de grandes obras ni de canciones, aunque no es un grupo de digestión sencilla, pero su lugar está ya en la primera línea. Lejos de ser un grupo previsible, James ha ido dando sus pasos y giros, que le han llevado de beber de las raíces folk y country en sus orígenes, ahí quedan discos como At Dawn (2001); a firmar una obra maestra como Z (2005), donde ya incorpora elementos psicodélicos; y a recibir críticas más duras por el controvertido Evil Urges (2008). Nosotros todavía recordamos aquel Azkena de 2006, el del concierto histórico de Pearl Jam, cuando Wolfmather y ellos acompañaban a Vedder y compañía en su gira, y tocaron justo antes que ellos. James y los suyos se quedaron prácticamente solos, todo el mundo estaba cogiendo sitio en el otro escenario, mientras que yo tuve que convencer a mis acompañantes para verlos unas canciones, y sonaron atronadores.
Como decíamos, Jim James ha ido incorporando matices a su obra, añadiendo incluso toques de soul, de pop y de rock progresivo. Ya había esos elementos en Circuital, y en The Waterfall nos encontramos con una obra ecléctica, donde parecen coexistir muchos matices. No es un disco sencillo, aunque sí que gana con las escuchas. Ya el comienzo te sorprende, esa optimista y vitalista ‘Believe (Nobody Knows)’, que no sabes en algún momento a qué carta quedarte, pero que se diferencia de la épica del comienzo de su disco anterior, ‘Victory Dance’. Con un toque también pop, pero creciendo, llega ‘Compound Fracture’, donde James hace gala de su falsete característico. El tono atmosférico de su disco en solitario regresa con ‘Like a River’, que te va preparando para la mejor canción del disco, en mi opinión, como es ‘In Its Infancy (The Waterfall)’, una maravilla con marchamo a clásico, donde apunta sus influencias, y atentos al estribillo. ‘Get the Point’ es un medio tiempo acústico que les devuelve al folk y al country, aunque no acaba de llegar.
La segunda mitad del disco nos ofrece grandes hallazgos. Primero con la épica y psicodélica ‘Spring (Among the Living)’. Tira de nuevo de falsete en otro medio tiempo como es ‘Thin Line’, que da paso a otro de los temas más grandes de este disco, ‘Big Decisions’, una canción que destila una melodía luminosa. El cierre queda para la épica a través de las guitarras, el My Morning Jacket más clásico, con ‘Tropics (Erase Traces)’, y con la maravilla que es ‘Only Memories Remain’, una canción que tiene de todo, con James cantando con mucha alma. El disco nos ofrece también unos apetecibles Bonus Tracks: la demo de este último tema, que cierra el conjunto del disco; una versión ‘Miami Jungle’ (como suena que no me lo invento) de ‘Compound Fracture’; y dos canciones muy acústicas, como muy de sus inicios, las interesantes, especialmente ‘Hillside Song’, y ‘I Can’t Wait’.
Trabajo notable de My Morning Jacket, que ya han anunciado otro disco para 2016. Trabajo muy espiritual, en el que hay muchos matices y aspectos que se van descubriendo con las sucesivas escuchas. No sabemos lo que nos deparará el bueno de Jim James, seguro que no nos lo pondrá fácil, pero en este disco hay unas cuantas canciones que son para apuntar. Ahora sólo nos queda verlos también en directo, esperemos que pronto.