Habíamos dejado a Aerosmith renaciendo con la versión Hip Hop de ‘Walk this Way’ junto a Run-D.M.C., y los de Boston cogieron el tren que pasaba. Pero van a darse unos cambios importantes. Por un lado, el hecho de estar en una compañía como Geffen, que le dio un impulso a la banda; y, por otro, y fundamental, contar con otros compositores más ‘todo terreno’, hecho que se incrementaría en los 90. Además, sus siguientes tres discos serían producidos por Bruce Fairbairn, que se había hecho cargo de Slippery When Wet (1986) de Bon Jovi, y posteriormente también se encargaría de New Jersey (1988), así como de discos de AC/DC, Van Halen, Poison, etc. Por lo tanto, Aerosmith regresaban para reclamar su trono y lo hacían con fuerzas renovadas. Si Done With Mirrors había pasado sin pena ni gloria no ocurriría lo mismo con Permanent Vacation (1987), donde colocarían la balada de turno (‘Angel’) y otros como ‘Rag Doll’ y, especialmente, ‘Dude (Looks Like a Lady)’. Este último, por cierto, con muy mala leche, parece estar ‘inspirada’ por Vince Neil de Mötley Crüe. Pero en este tema ya estaba Desmond Child como compositor también, uno de esos profesionales que decíamos antes, y que ha trabajado con Bon Jovi, KISS y todo el que se ponga por delante (Cher, Michael Bolton, Roxette…y Ricky Martin…entre otras joyas con ‘Livin’ La Vida Loca’).
Pero el pelotazo vendría para el mejor disco de esta segunda etapa de Aerosmith, el Pump (1989). Aunque había más colaboradores, el peso compositivo seguía estando en Tyler y Perry. El disco es una pasada de principio a fin, con Hits como ‘Love in an Elevator’ y baladas tremendas como la efectiva ‘Janie’s Got a Gun’ o el toque más de raíces de ‘What it Takes’ (también con Child, el tipo sabe lo que hace). Pero es que el resto de canciones no les andaban a la zaga como por ejemplo ‘F.I.N.E.’, ‘Young Lust’ o ‘Monkey in my Back’. El retorno de Aerosmith era una realidad y se mostraban en plena forma, sólo hay que ver a Perry en aquellos vídeos de la época, por cierto que cada año iba rejuveneciendo.
En 1993 llegaría el Get a Grip, con el que conquistarían el número 1 en Estados Unidos, y que les convirtió en un fenómeno más global. Vale, Get a Grip supone el descenso creativo de Aerosmith, que en directo estaban muy arriba, pero no es menos cierto que tampoco fueron arrollados por el Grunge. Aquí ya había más compositores y podemos decir que el disco tenía cosas interesantes como ‘Eat the Rich’, ‘Fever’, ‘Shut Up and Dance’ incluso ‘Livin’ on the Edge’ tiene su punto, aunque es una canción extraña. Pero el tanto definitivo lo hicieron con dos baladones como ‘Cryin’ y ‘Crazy’, apoyados por dos vídeos que tuvieron muchísima difusión, el primero protagonizado por la olvidada Alicia Silverstone y Stephen Dorff, y el segundo por Silverstone y Liv Tyler, siendo una historia tremenda porque cuando fue seleccionada Steven Tyler no sabía que era su propia hija, que desconocía que tenía. No cabe duda que ‘Cryin’ es una grandísima canción, menos ‘Crazy’ que funciona también, pero en el disco había cosas como ‘Amazing’ que, bueno, mejor lo dejamos.
Desde aquí, la cosa fue para abajo. No todavía con el aceptable Nine Lives (1997), donde la nómina de otros compositores era ya numerosísima, en todas las canciones (hay temas interesantes como ‘Pink’ y otra balada que funciona como ‘Hole in my Soul’, de nuevo con Desmond Child que ya estaba en nómina, entre otros), sino con el lamentable Just Push Play (2001). Ahí se pudo ver que la máquina de Aerosmith consistiría en girar y en sacar recopilaciones y directos para hacer caja, y vaya si lo hicieron. Pero ya era otra cosa. A pesar de los numerosos compositores en nómina, se secó la creatividad. Y eso que tuvieron tiempo de hacer un interesante disco de versiones de Blues, Honkin’ on Bobo (2004), como homenaje a los orígenes de la banda (no, no estaba Child pero en la única canción que no era versión, ‘The Grind’, firmaba también Marti Frederiksen, sumado a la nómina de compositores en Nine Lives).
La carrera de Aerosmith sólo ha producido un disco más de estudio, Music from Another Dimension (2012), 5 en el Billboard norteamericano pero no muy bien valorado por la crítica y con más compositores auxiliares (Child y Frederiksen por supuesto entre ellos). Para entonces, ya estaba muy alejado de Aerosmith, no le presté atención ni consideré ya no sólo comprarlo sino escucharlo. Había pasado mucho tiempo desde que consideraba que Tyler, Perry y compañía podían sorprenderme. Prefería quedarme con sus canciones y discos de los 70, sus mejores trabajos de los 80 y primeros 90. No hay duda que Aerosmith se han mantenido con sus potentes directos, y a tenor de las críticas siempre con nota, aunque diferenciando el público más rockero frente al más inclinado al lado baladista y de los Hits. Pero que Aerosmith son una de las bandas clásicas del Rock & Roll no debemos ponerlo en duda. Su historia es de auge, caída y vuelta a subir para luego quedarse en una especie de ‘tierra de nadie’ donde se han mantenido desde entonces. Fuimos, y seguimos siendo, de Aerosmith.