El Folk y la actitud Punk de The Pogues

No son pocas las ocasiones en las que compras recopilatorios de artistas y bandas de los cuales no tienes nada de su discografía pero que te apetece escuchar (y coleccionar, para eso somos así). Ocurre, en ocasiones, que esos discos te llevan a sus discografías, en mayor o menor medida (Prefab Sprout, The Divine Comedy, Fleetwood Mac, etc.) y, en no pocas, que acaban formando parte de tu colección de CDs, y a veces te acuerdas de ellos. Sabes que están ahí. Algunos de los recopilatorios que estamos analizando a esta sección de Los Restos del Concierto responden a esta categoría y es una gozada recuperarlos. Es el caso del que nos ocupa hoy. The Pogues es una de esas bandas que tienen varios aspectos que les hacen relevantes. Primero, obviamente, su calidad. Segundo, haber aunado la música Folk celta, que tanto predicamento tiene en nuestro país, con actitudes Punk y sonidos Rock. Tercero, un carismático cantante como Shane MacGowan, icónica figura de la que siempre recordaremos, además de su forma de cantar de la que luego escribiremos, su dentadura. Por cierto, que en relación a MacGowan se ha estrenado el documental Crock of Gold: Bebiendo con Shane MacGowan, cuyo título ya lo dice todo, y que dirige el especialista en estos formatos Julien Temple. Y, cuarto, el que también pasase por la banda Joe Strummer, como productor primero y como compositor después. Labores de producción también hizo Elvis Costello, el cual también contrajo matrimonio con la integrante de The Pogues durante los primeros años de la formación Cait O’Riordan. The Pogues eran la combinación de músicos irlandeses e ingleses, aunque parecían más irlandeses por el sonido. Sin embargo, llevaban los instrumentos tradicionales, como la flauta irlandesa, el acordeón y otros a una actitud más potente. De esta forma, la música de The Pogues está caracterizada por una festividad que va un paso más allá. Obviamente, hay espacio y tiempo para la melancolía y la nostalgia, que se cuelan en texturas muy características, pero la voz de MacGowan también lleva a esos primeros terrenos. Fue la década de los ochenta en la que se ganaron su reputación aunque la deriva de MacGowan afectaría a la banda y acabaría con su expulsión en 1991, siendo reemplazado por Joe Strummer. La banda grabaría dos discos sin él y se separarían en 1996, retornando a girar con MacGowan incluido. El recopilatorio que nos ocupa salió en 2005 y se expande hasta las veintidós canciones, las cuales no están ordenadas en orden cronológico. Además, como extra muy interesante hay un concierto en la Brixton Academy de Londres en diciembre de 2001, también con veintidós canciones, muchas obviamente repetidas.

Comienzan con el tema de 1991, publicado en su recopilación de ese año, «Rainy Night in Soho», muy intimista y tradicional, con sus cuerdas  vientos complementarios. «Sally MacLennane» tiene un sonido más tradicional y de celebración, hay garra y fuerza. «The Irish Rover» es una canción tradicional que convierten en uno de sus clásicos, sonido celta muy tradicional. «Dirty Old Town», otro clásico del Folk, otra canción tremenda, con la voz ronca y emocionante de MacGowan, creciendo con toda la instrumentación. «Fairytale of New York» es otro de sus temas emblemáticos, nostálgica y tremenda, navideña y melancólica, con la fallecida Kirsty MacColl que dando el contrapunto. «Streams of Whiskey» mantiene el raigambre tradicional y tiene un tono tabernario que también estará presente en la obra de The Pogues.

«If I Should Fall From Grace With God» apunta hacia un tono más rockero y aceleran con un protagonismo destacado del banjo. Llega el turno de «Fiesta», otra canción maravillosa con ese punto festivo y pachanguero, con esa parte en castellano, el acordeón y una aceleración sin pausa. «Body of an American» retoma el sonido más tradicional, con las flautas y las gaitas compaginándose con la voz de MacGowan. La balada intimista llega con «Misty Morning, Albert Bridge» y «Repeal of the Licensing Laws» es un tema instrumental con todos los ingredientes de la música Folk celta. «Boys from the Country Hell» es una de nuestras canciones favoritas, incorporando un sonido de nuevo más Rock y con MacGowan derrochando actitud.

«The Sunnyside of the Street» es una canción de 1990, producida por Joe Strummer, en la que de nuevo hay esa mezcla de lo tradicional y el Rock. «A Pair of Brown Eyes» cuenta con un tono más pausado y emocionante, una balada trascendental con un MacGowan que canta de forma arrastrada. Sigue la emoción y la intensidad en otra balada como es «Summer in Siam», el saxofón es protagonista a la vez que la presencia mayor del piano. «The Sickbed of Cuchulainn» es un Folk acelerado y «London Girl» es una de esas canciones también que sorprende en este recopilatorio, más rockera.

El tramo final es para la también rockera «Tuesday Morning» que es de 1993, la única del disco que no pertenece a la etapa de MacGowan, en la que pone la voz Spider Stacy, recordando a The Clash incluso. «White City» es otra canción rockera con MacGowan dándolo todo y en «Hell’s Ditch» brilla la mandolina de Jem Finer en otra canción también producida por Strummer. El final es una canción tradicional como «Young Ned of the Hill» que la hacen más potente y acelerada y para otro clásico, «Thousands Are Sailing», muy Rock y épica.

Fantástico recopilatorio de The Pogues, una banda imprescindible liderada por un Shane MacGowan que es todo un personaje. Música de raíces para la que siempre se encuentra un hueco. Y, obviamente, siempre que ponen «Fiesta» pues es inevitable saltar y bailar.

 

Pearl Charles, «Magic Mirror»

Como venimos señalando en los últimos años, no son pocas las bandas y artistas que han puesto su mirada en el Pop Rock y demás de los setenta. Aquí también tendríamos que incluir todo lo relacionado con la música Disco, el Funk, el Soul, etc. Nos hemos quitado muchos complejos en ese sentido, afortunadamente. Pearl Charles es una cantautora californiana que, con su tercer disco, el Magic Mirror que nos ocupa, ha conseguido un buen reconocimiento de la crítica. Pearl Charles no ha inventado nada pero sabe tocar las teclas para generar un sonido Pop muy de los sesenta y, especialmente, de los setenta. Sin caer en la nostalgia, nos encontramos con un disco muy apetecible de melodías luminosas que en ocasiones nos llevan incluso a la música Disco, así como con otros puntos de nostalgia y melancolía en los que asoman las influencias Country a través de pequeños y sutiles toques. Magic Mirror se puede encuadrar en sonidos como los de Jenny Lewis y compañía, canciones muy angelinas también en el sentido del Laurel Canyon. Y, de nuevo, aparece la sombra de los Fleetwood Mac de la segunda mitad de los años setenta, aquellos a los que tanto espacio dedicamos a través de una serie de artículos el año pasado. Sin olvidar también la influencia de la gran Carole King en algunas de sus canciones más emotivas. Repasamos este Magic Mirror de Pearl Charles que es un disco que te conquista desde las primeras escuchas.

El comienzo es para la arrebatadora y bailable «Only for Tonight» que es una canción muy ABBA, muy luminosa y atractiva. En «What I Need» ya hay un cambio, su voz sigue brillando pero el matiz es muy nostálgico, se observan tonos crepusculares a través de las guitarras que adoptan un tono Country Rock, incluso aquí podría encajar ese adjetivo «cósmico» que se atribuye a artistas como Gram Parsons. La tercera canción, «Imposter», es muy californiana, incide en la melancolía e incorpora vientos, una de las canciones que más nos han gustado de todo el disco. Lo mismo que la preciosa e intimista «Don’t Feel Like Myself» en la que insiste en las tonalidades crepusculares. La primera mitad termina con una canción Pop como es «Magic Mirror».

«Slipping Away» retorna al tono crepuscular y aquí la sombra de los Fleetwood Mac clásicos de la segunda mitad de los setenta es una evidencia. Gran canción que da paso al Pop melancólico de «All the Way». «Take Your Time» es una de las mejores canciones del disco, con un tono de Country crepuscular de fondo que marca el tempo del tema. «Sweet Sunshine Wine» no puede quitarse la melancolía pero aquí la lleva hacia el lado Pop. El final es para «As Long As You’re Mine» que es la canción menos lograda del disco, un tema más pausado que te deja un tanto frío.

Magic Mirror es una de esas sorpresas que te dan cada temporada, en este caso incidiendo en un sonido tan fascinante como el que hemos descrito. Artista a seguir Pearl Charles.

Aquellos años 80 pre «Grunge»: Hüsker Dü

Para la mayoría de la gente que nos apuntamos al «Grunge» en 1991, ese año supuso el punto de inflexión con la irrupción de Nevermind de Nirvana y todo lo que ocurriría en esos tres años. Como dice mi querida amiga Begoña Yebra de Radio Euskadi, nos volvimos «intensitos», y con toda la razón. Aquellas bandas que tiraban de guitarras poderosas y sonidos melódicos, de rabia y fuerza pero también de una cierta pesadumbre, tenían unos hermanos mayores que habían abierto el camino, la mayoría desde sellos independientes y en el «underground», creando el camino para llegar al mainstream. Parte consiguieron subirse a esa ola y lograron reconocimiento, visibilidad y ventas. Los casos de Pixies, Sonic Youth o Dinosaur Jr. pueden ser los más evidentes. Otros, se quedaron en el camino bien porque se habían separado «antes de tiempo» o bien porque sus principios pues les impedían vincularse a ciertos modelos. Hace ya ocho años, pudimos disfrutar de un libro fascinante sobre estos años ochenta como fue Nuestro grupo podría ser tu vida (Contra, 1993) de Michael Azerrad. Allí estaban las bandas mencionadas pero también los otros, desde los Minor Threat a los Butthole Sufers o Beat Happening, por no hablar de nuestros adorados The Replacements. Allí también estaba la banda que nos ocupa, unos Hüsker Dü que son el ejemplo de cómo llegar antes de tiempo a los sitios. La banda de Bob Mould, Grant Hart y Greg Norton, separados en 1988, son capitales para entender el sonido que luego cristalizaría en el «Grunge» y aparecerían siempre como una influencia de las bandas posteriores. Teníamos ganas de recuperar algún disco de Hüsker Dü, tanto a modo de homenaje como de reconocimiento de aquella época, que Azerrad describe de forma clara y sin idealizaciones en su imprescindible obra. Como otras bandas, Hüsker Dü también dieron el salto a una major, en su caso a Warner con el disco que nos ocupa, el Candy Apple Grey de 1986. Las discográficas estaban observando que algo pasaba y no dejarían de lado la oportunidad, como se vio luego. Candy Apple Grey era el quinto disco del terceto de Minneapolis tras varios trabajos en la independiente SST (Black Flag, Dinosaur Jr., Meat Puppets, Minutemen, Sonic Youth, Soundgarden, Screaming Trees) que habían despertado el interés de la crítica y de una base de seguidores que iba creciendo. Discos seminales como Zen Arcade (1984) o New Day Rising (1985), urgentes y cañeros para una banda que iría perfilando su sonido hacia direcciones más Power Pop y acústicas, sin perder las esencias. Sin embargo, discos como Candy Apple Grey siguen sonando con fuerza y sin perder vigencia. Vamos con ellos.

El disco son diez canciones que combinan la furia Punk Rock con guitarras punzantes con sonidos más acústicos. Con seis canciones de Bob Mould y cuatro de Grant Hart, comienzan con «Crystal» que es un trallazo de Rock con guitarras furiosas y con Mould desgañitándose. Hart aporta «Don’t Wanna to Know If You Are Lonely» que deja la velocidad anterior para acercarse a sonidos más Power Pop y melódicos. Vuelve Mould con «I Don’t Know for Sure» que retorna al comienzo, más canónicos y con Mould de nuevo con toda la rabia. En esa intercalación de canciones, Hart retorna con «Sorry Somehow» que es una canción de nuevo en la que se escora al Power Pop y con unas guitarras muy logradas. Mould sorprende con la acústica e intimista «Too Far Down», muy cruda y emocionante.

La segunda parte comienza en el mismo tono con otro tema de Mould acústico que se va por encima de los seis minutos, «Hardly Getting Over It» también convence. Hart presenta una más rockera «Dead Set on Destruction» que es una canción que se sale de las aportadas por Hart anteriormente. «Eiffel Tower High» (Mould) regresa a las canciones Punk Rock del inicio. El cierre desciende levemente el nivel del disco con «No Promise Have I Made» de Hart, muy intensa y atmosférica, y con «All This I’ve Done For You» que es de Mould y en la que las guitarras urgentes son las protagonistas.

Hüsker Dü tendrían tiempo de un disco más, Warehouse: Songs and Stories que publicarían un año después, en 1987. Sin embargo, como bien cuenta Azerrad, la situación interna de la banda ya era muy complicada con Grant luchando contra sus adicciones, lo mismo que Mould, y con otras tensiones. El caso es que, como hemos señalado, en 1988 se separaron y sus integrantes siguieron caminos diferentes. Bob Mould creó Sugar y luego ha contado con una carrera en solitario muy valorada, además de ser reconocido como influencia clave por gente como los Foo Fighters, con los que ha colaborado. Grant Hart no lograría una trayectoria como la de Mould, falleciendo en 2017 a los cincuenta y siete años. Y, finalmente, Greg Norton contaría con una carrera mucho más discreta. Imprescindibles Hüsker Dü.