Ryan Adams es otra de nuestras debilidades, es otro de esos artistas al que llevamos siguiendo desde hace más de una década, y ahora llega su disco número catorce. Con un ritmo aceleradísimo, especialmente en la primera mitad de la década de 2000 cuando publicó ocho de sus discos, tres en 2005, Adams ha combinado grandes discos y otros menos conseguidos, aunque siempre con su sello que le ha convertido en uno de los iconos del ‘Americana’ y del rock de raíces. Muchas canciones ya son parte de nuestro universo simbólico como ‘Come Pick Me Up’, ‘New York, New York’, ‘Nuclear’, ‘Anybody Wanna Take Me Home’, ‘English Girls Approximately’, ’29’ o ‘Lucky Now’, entre otras. Y eso que nunca le perdonaremos su lamentable actuación del Azkena 2004, injustificable y horrible por la que el propio Adams tuvo que pedir disculpas. Sin embargo, Ryan se ha quedado en una segunda línea del rock, tras apellidos como Grohl, White, Tweedy, Homme y el recién llegado Auerbach, compartida con James, Oberst, Lanegan, etc. Adams ha ralentizado su carrera estos últimos años, Ashes & Fire es de 2011, pero no ha podido evitar sacar a la vez que Ryan Adams un nuevo EP, en este caso más punk y hardcore, como es 1984.
Ryan Adams da un salto más rockero y duro que el acústico y más introspectivo Ashes & Fire, un disco más completo y accesible, que tampoco pierde la melancolía en buena parte del mismo, pero con las guitarras de fondo. El comienzo, en sus cuatro primeras canciones, es esperanzador: ‘Gimme Something Good’ es un temazo, una canción que es un medio tiempo creciente y que se sumará a la lista de nuestras favoritas de Ryan Adams; ‘Kim’ es más clásica; en ‘Trouble’ sube la contundencia; y ‘Am I Safe’ es también otro clásico de Adams, otra canción en el que está muy inspirado y que define la etiqueta del ‘Americana’. Menor nivel se muestra en la pausada e intimista ‘My Wrecking Ball’, pero con ‘Stay With Me’ recupera la línea anterior, otra canción rockera y una de las cimas del disco.
‘Shadows’ se queda en un medio tiempo guitarrero flojo, pero el final del disco supera el notable alto. ‘Feels Like Fire’ es otra canción contundente, al igual que ‘I Just Might’. ‘Tired Of Giving Up’ nos vuelve a recordar al Adams de sus inicios y termina el disco con ‘Let Go’, que tiene un toque más acústico.
Ryan Adams ha firmado su mejor disco de los últimos años, un disco muy atractivo, un trabajo que nos va conquistando con las escuchas, siempre con su personalísima voz en primer plano y con unas composiciones de brillantes melodías. Ryan Adams es uno de los grandes de las dos últimas décadas del rock americano, que lo ha llevado a otras direcciones basándose en las raíces. Ha tenido sus momentos, no parece ser un tipo accesible, pero es un gran autor de canciones que no dejan de acompañarnos. Y en Ryan Adams hemos encontrado un buen puñado más.