Hemos descubierto hace poco tiempo, y contaremos pronto cómo, a esta joven cantautora de Austin (Texas), con su disco Undercurrent, publicado hace unas semana. Es el cuarto trabajo de una artista joven, veinticinco años, que ha ido logrando grandes críticas aunque no sale de un circuito bastante reducido. Pero nos encontramos con una Sarah Jarosz que tiene una voz impresionante, con unas canciones que te llegan al corazón y al alma. Con pocos adornos, el peso de la acústica es casi omnipresente, al igual que también el de la mandolina. Llegamos a Sarah Jarosz por uno de los temas de este disco, ‘House of Mercy’, que nos impactó, y el resto del disco no nos ha decepcionado, al contrario, con cada escucha va creciendo y creciendo.
‘Early Morning Light’ es una bella canción desnuda y acústica, con un toque muy espiritual, donde se impone su voz. A continuación, con ‘Green Lights’, parece abordar otros caminos más complejos y más duros, es un tema más moderno si se quiere y que funciona perfectamente. Y llega el turno de un tema como ‘House of Mercy’, que sigue el tono anterior, y en el que la combinación de su voz y esas guitarras acústicas en primer plano, de confieren una personalidad arrolladora, y con ese estribillo. ‘Everything to Hide’ recupera el minimalismo absoluto del inicio del disco, puede que tenga un punto más clásico, pero es también más oscura y de nuevo su voz se eleva sobre la canción. El pedal steel le acerca al Country, así como el sabor de su estribillo, en ‘Back of my Mind’, un tema tristísimo, de una gran melancolía y con un punto final instrumental que te lleva a esos horizontes norteamericanos. Y en ‘Coming Undone’, sin abandonar las esencias, introduce la eléctrica y el órgano, en un tema de sonidos más festivos y animados.
‘Take Another Turn’ supone una vuelta a las esencias más Folk, centrada de nuevo en su privilegiada voz, que en algunos momentos del tema la lleva a muy arriba. Otro de mis temas favoritos es ‘Lost Dog’, con ese banjo en primer plano, una canción que de nuevo te transporta a la melancolía. ‘Take me Back’ es un tema más extraño, que no parece funcionar en ocasiones, siendo uno de los pocos momentos en los que el disco desciende el nivel. Por su parte, en ‘Still Life’ se desata, en un tema en el que vuelve a retornar en su inicio a sonidos más duros, esas cuerdas como contrapunto, aunque luego se dulcifica un poco. El cierre es para una canción que también está entre las mejores del disco, ‘Jacqueline’, desnuda de nuevo y con la compañía de la guitarra eléctrica, poco más necesita para transmitir emociones y sentimientos.
No cabe duda que Undercurrent es un buen disco, y que Sarah Jarosz es una artista a seguir. Puede que en algunos momentos el conjunto del disco se haga un tanto monótono, pero se olvida con la preciosa voz de Jarosz y sus bellísimas melodías.