Sharon Jones ha fallecido a los sesenta años víctima de un cáncer de páncreas que le fue diagnosticado en 2013. Jones fue uno de los iconos del revival del Soul que tuvo su punto álgido en el celebradísimo Back to Black (2006) de la añorada Amy Winehouse. Pero la historia de Jones iba mucho más allá y para siempre estará ligada al sello Daptone Records de Gabriel Roth (Bosco Man) y Neal Sugarman, y a la intensa formación The Dap-Kings con los que grabaría todos sus discos. Daptone Records surgió a imagen y semejanza de los míticos Motown o Stax, compañías que contaban con su nómina de compositores y músicos, junto con una serie de cantantes e intérpretes de altísimo nivel. Daptone Records se sumergió en aquellos sonidos que luego serían calificados de ‘retos’ y que habían quedado en un segundo plano en la evolución de la música popular pero que nunca fueron abandonados y que contarían con tantísimos fieles. Canciones intensas de amor y desamor, de luchas civiles, vientos omnipresentes, secciones rítmicas poderosas…Daptone Records buceó en la búsqueda de talentos para revitalizar un género y por allí pasarían gente más reconocida como Lee Fields a James Hunter, entre otros muchos, pero su potencial vino marcado por el descubrimiento de diamantes ocultos, artistas para los que había pasado su gran oportunidad si es que alguna vez había llegado. Uno fue Charles Bradley, la otra, y el referente e icono de la discográfica, fue Sharon Jones.
Sharon Jones representa la historia también del llamado ‘sueño americano’, casi también de una Cenicienta. La cantante de Georgia, que se desplazó a New York cuando era muy joven, había pasado la mayor parte de su vida cantando Góspel en la Iglesia, mientras que se ganaba la vida como funcionaria en una cárcel del Estado de New York. Pero en la segunda mitad de los años noventa comenzó su contacto con el germen de lo que sería Daptone Records, Roth supo ver en Jones su potencial y en 2002 puso en sus manos y en los Dap-Kings el primer disco largo de su nueva compañía, Dap Dippin’ wih Sharon Jones and the Dap-Kings, donde Roth compuso todos los temas, lo que sería habitual en el resto de sus trabajos. Después llegaría Naturally (2005), con Jones y la banda ganando una merecida reputación en directo que hizo que los Dap-Kings fuesen fichados para participar en el Back to Black de Amy Winehouse. Con el Soul puesto de nuevo en primer plano, Jones se revindicó con el extraordinario 100 Days, 100 Nights (2007), seguida del no menos destacado I Learned the Hard Way (2010), momento en que los descubrimos con esa potencia y esa voz de una Sharon Jones que le emparentaba con las grandes Aretha Franklin o Etta James. Jones y los Dap-Kings se ganaron un enorme prestigio en directo cimentado con muchísimas actuaciones durante su trayectoria, pero en 2013 el diagnóstico de su enfermedad implicó que se pospusiera el lanzamiento de su disco Give the People What They Want (2014), apareciendo Jones completamente calva en los vídeos e imágenes de promoción como consecuencia de la quimioterapia, transmitiendo dignidad y valentía ante ese duro trance, sin dejar de girar hasta prácticamente hace unos meses, imponiéndose finalmente la enfermedad. Sharon Jones deja una serie de discos impresionantes y unos temas fascinantes, como ‘I Learned the Hard Way’, ‘Stranger to my Happiness’, ‘Better Things’, ‘100 Days, 100 Nights’, entre otras muchas. Sharon Jones protagonizó una gran historia, la de alguien que nunca abandonó su pasión que era cantar y que tuvo su gran oportunidad cuando ya parecía que no llegaría. Nos ha dejado Sharon Jones, una verdadera lástima, un icono del Soul.
P.D. Javi Castro y yo tuvimos la oportunidad de conocer muy brevemente a Sharon Jones. Fue la noche del impresionante concierto que ofreció en el Palacio de los Deportes en Actual 2012 el 6 de enero. Aquella noche, el cartel era tremendo, Corizonas y Sharon Jones and The Dap-Kings, para mí la mejor noche que he vivido a lo largo de la historia del festival. Emocionados y superados por las intensas cuatro horas que se desarrollaron allí, nos encontramos con el gran Fernando Pardo de Corizonas que nos pasó a los camerinos. Allí, en los pasillos del Palacio de los Deportes estaba Sharon Jones con más gente, nos acercamos a ella y la saludamos efusivamente, imaginaros la escena ya que nosotros medimos 1,84. Sharon Jones se mostró encantadora en todo momento, no paraba de decir ‘Thanks’, agradecida por las numerosas felicitaciones que recibía de todo el mundo que se cruzaba con ella, y preguntaba que qué nos había parecido el concierto. En el camerino, con el resto de la banda, hablamos también con su guitarrista, Binky Griptite, que se mostró también muy amable y agradecido. Nos impresionó tanto la humildad de esta gente, para nosotros algo impensable ya no verlos en nuestra ciudad sino charlar unos minutos con ellos, que todavía lo recordamos.