Descubrimos a Still Corners gracias a uno de los periodistas musicales más activos del país como es Fernando Neira. En su recomendable Un disco al día, reseñó el The Last Exit del veterano dúo formado por Greg Hughes y Tessa Murray. Nos cautivaron las texturas de las canciones que pudimos escuchar en YouTube y nos lanzamos a escucharlos. Still Corners hacen lo que se denomina «Dream Pop», esa etiqueta que engloba sonidos envolventes y crepusculares, con toques de psicodelia. The Last Exit es su quinto disco y representa todo un tratado de estos sonidos, especialmente en el sentido del adjetivo crepuscular, con ciertas derivadas también a influencias del Country y el Western. La voz de Murray mece unas canciones que funcionan casi como una unidad en su conjunto, cambiando su tonalidad hasta llevarlas por momentos a unos susurros que acentúan ese punto crepuscular. Es en esas melodías donde reside la mayor calidad de Still Corners que te atrapan cuando inciden en lo que anuncia incluso la portada del disco, muy apropiada. Sin embargo, en los momentos en los que apuestan por una pausa más evidente, las canciones se resienten un tanto, aunque cabe destacar que son las menos ocasiones.
El comienzo es para «The Last Exit», la mejor canción de todo el disco, muy crepuscular y ambiental, la voz de Murray está impecable y funciona de forma sutil incluso. Tiene un componente muy norteamericano que también se observa en «Crying» que incide en el tono crepuscular aunque ya hay alguna melodía más Pop. Sin dejar el tono del disco, las guitarras cobran más protagonismo en la también muy destacada «White Sands», una canción más acelerada. Bajan un palmo en «Till We Meet Again» que es muy atmosférica e incluso se podría decir que se acerca a sonidos más progresivos. Regresan al comienzo del disco con «A Kiss Before Dying» que es una canción de toque Country-Western con Murray fraseando. Menos conseguida es la más atmosférica «Bad Town» que se nos queda un poco a medias.
La segunda parte del disco se inicia con una épica «Mystery Road» que incide en una dirección más poderosa. En «Static» retoman esa senda más ambiental que decíamos que no era tan potente pero sorprenden con la más Pop «It’s Voodoo», con unas guitarras de nuevo más aceleradas y con una menor apuesta por lo crepuscular, y les funciona muy bien. «Shifting Dunes» es una canción instrumental que retoma la senda menos atractiva del disco y se cierra con la más melódica e incluso minimalista «Old Arcade», un tema en la que de nuevo se acercan a un Pop más accesible.
The Last Exit es un disco notable de Still Corners, un dúo recomendable que te atrapa en la mayor parte de las canciones, especialmente en esa dimensión crepuscular tan potente. Banda sonora ideal para perderse en parajes abiertos y desérticos como en el vídeo de «The Last Exit».