Apenas unos pocos meses después de lanzar su décimo disco de estudio, el notable Posible, Bunbury sorprendía con un nuevo trabajo que lleva por título Curso de levitación intensivo. En la portada vemos a un Bunbury levitando sobre un fondo oscuro, colándose la luz por una claraboya en el techo. En fin, podemos entrar en numerosos simbolismos pero seguramente tenga que ver, es una hipótesis, con toda la visibilidad que tuvo Bunbury estos meses con sus polémicas declaraciones sobre la Covid-19, las vacunas y teorías de la conspiración varias. O no. El caso es que este hecho también parece trasladarse a algunas de sus letras, donde parece hace referencia, a veces de forma directa y otras sutilmente, a cuestiones que se pueden vincular con la situación que ha vivido. Bueno, eso por un lado. En lo musical, nos encontramos con una obra continuista, en la senda que ya inició en Expectativas (2017). Sonidos más complejos, eclécticos, ese saxofón que deriva hacia el Jazz como una seña de identidad de algunas canciones, y un punto en ocasiones un tanto industrial pero sin pasarse. Sonidos atmosféricos y oscuros que se te cuelan en la piel. Pero, en este nuevo disco también aparecen algunos atisbos de sus tonos más épicos y afectados, esos que también fueron determinantes en la configuración de su sonido. Vamos con un disco que se puede interpretar como una continuación de Posible, pero que también se muestra más irregular.
«N.O.M.», «Nuevo Orden Mundial», tiene un mensaje claro y se basa en un sonido muy épico, atmosférico y crepuscular, es una canción muy conseguida desde el punto de vista musical. Por debajo queda la más electrónica y con una letra explícita «El día de mañana». «El precio que hay que pagar» incorpora elementos más Rock, aunque también tiene ese tono industrial que decíamos antes, pero no deja de ser una canción más reconocible. Como ocurre con «El momento de aprovechar el momento», aquí está el Bunbury más canónico, épico y afectado, con esa profundidad en la forma de cantar que le caracteriza. «Malditos charlatanes» es más explícita en su letra y es una canción pausada que no convence mucho.
La segunda parte comienza con la épica e intensa «Tsunami», una canción que también se queda en tierra de nadie. Crece con las escuchas «El pálido punto azul» que es una canción de tono experimental, el saxofón de nuevo aparece como seña de identidad, pero luego gira hacia un sonido mas guitarrero y convincente. «Ezequiel y todo el asunto del Big Bang» es más introspectiva y parece enrocarse en un sonido experimental, pero no acaba de convencernos. «La gran estafa» seguramente sea la mejor canción del disco con un tono ecléctico que juega con el saxofón y la percusión pero que luego se envuelve en una épica que está muy conseguida. Y se cierra el disco con la más oscura «Tenías razón en todo», no sabemos si hay alguna doble intención, que también crece con las escuchas pero que tampoco dejará huella.
Bunbury sigue haciendo discos interesantes y su estilo es tan inconfundible que incluso con su evolución de los últimos años se mantiene como reconocible. Otra cosa es que pueda acomodarse en ciertos momentos, como se observa en algunas canciones de este Curso de levitación intensivo.