«In Hiding», Pearl Jam y Bukowski

En 1998, Pearl Jam publicaban su quinto disco, Yield, del cual ya hablamos el año pasado en Los Restos del ConciertoYield será seguramente el último gran disco de los de Seattle, un disco que precedía al controvertido en su momento No Code (1996), pero que era un fantástico trabajo igualmente. En Yield, Pearl Jam apostaban claramente por un sonido más épico si cabe, con una combinación de canciones rápidas y, especialmente, medios tiempos acelerados. Atrás quedaba la urgencia de comienzos de los 90, aunque siempre apare como en la mítica «Do the Evolution», o en «Brain of J.». En el otro lado, «Given to Fly», «Whislist», «All Those Yesterdays», etc. Sí, eran unos Pearl Jam más maduros, el tiempo pasa para todos y todas. Uno de los elementos que también cabe destacar en el disco es el peso de la Literatura en la inspiración de varias canciones. Así, la siempre recurrente, y de la que hemos hablado, «El maestro y Margarita» de Míjail Bulgákov era la influencia en «Pilate» cuyas letras eran de Jeff Ament y la filosófica «Ishmael» de Daniel Quinn marcaba «All Those Yesterdays» que había escrito Stone Gossard.

Pero para cerrar esta sección del verano de 2019 dedicada a canciones literarias nos vamos a centrar en «In Hiding», uno de los últimos cortes del disco y cuya letra es de Eddie Vedder y la música de Gossard. Vedder declaró en su momento que la letra estaba inspirada en los libros y la figura de Charles Bukowski, padre del «realismo sucio» y referente para varias generaciones con sus obras directas, auténticas e impregnadas de un elevadísimo nihilismo y un no menos presente existencialismo, sin olvidar su cinismo característico. Seguramente, muchos identifiquen su obra con el sexo, las drogas, etc., pero hay muchísimo más. Libros como «Cartero», «Factótum», «Mujeres», sus cuentos y poemas, etc., siguen leyéndose. Vedder señaló que Sean Penn le había pasado una cita de Bukowski y que eso le dio pie para un tema un tanto autorreferencial, Vedder siempre ha sido un tipo con un alma un tanto torturada, con esa dialéctica entre la posición del individuo y los requerimiento de la sociedad que tantas veces ha explorado. Sin embargo, en otras ocasiones ha dado algunas interpretaciones más abstractas, que también casan con la temática de la canción. Allí, Vedder escribe versos un tanto claustrofóbicos, muy de posicionarse ante el mundo (la sociedad) y ante uno mismo. De hecho, nada más explícito que el título, «In Hiding», «Escondido». La música, que recordemos la firma Gossard, mece la letra de Vedder en una base de guitarras al comienzo para ir ascendiendo a medida que la voz de Vedder crece, con una segunda parte en la que aumenta la intensidad y la épica, pero sin abandonar un recorrido un tanto sinuoso.

No solo Pearl Jam se han inspirado en Bukowski, por ejemplo Modest Mouse llamaron a una de sus canciones de 2004 directamente «Bukowski», al igual que otras bandas como The Boo Radleys que fueron explícitos en «Bukowski Is Dead», publicada en 1995, un año después de su muerte; U2 lo harían para «Dirty Day» del Zooropa (1993); y si alguien se puede identificar con el personaje y parte de la filosofía de Bukowski en la música ese no es otro que Tom Waits, que se inspiró directamente en el escritor en «Frank Wild’s Years» de 1983.

«Backspacer», uno de los discos más urgentes de Pearl Jam

Siempre nos cuesta escribir de nuestros grupos y artistas favoritos y más si es el más, en mi caso Pearl Jam. Obviamente, a estas alturas de la película y como hemos señalado en otras ocasiones, Pearl Jam no tienen nada que demostrar. Fueron un torbellino a comienzos de los noventa, supieron tomar su camino y quitarse pesos de encima, y luego…bueno, luego han seguido sacando discos, espaciándolos cada vez más, y siendo una garantía en directo, los mejores sin duda, como vimos en el Mad Cool del año pasado, por ejemplo. Pero sí que es cierto que sus discos desde por lo menos Binaural (2000) no han destacado, siendo su último gran disco Yield (1998). Ojo, que siempre hay cosas buenas, y que cada uno ponga el punto de inflexión donde quiera. Binaural (2000) y Riot Act (2002) pusieron un paréntesis hasta la llegada de Pearl Jam (2006), un trabajo que se abonaba a la épica y que contaba con buenas canciones. En 2009 Pearl Jam regresarían con un nuevo trabajo, un disco que se caracterizaría por un sonido más acelerado, casi con ramalazos Punk y Hard Core, un disco de poco más de treinta y cinco minutos pero que tampoco sería muy valorado por la crítica. En este décimo aniversario del disco, regresamos a un trabajo que ha dejado pocas canciones en la memoria y que posiblemente sí que estaría entre los tres trabajos menos logrados de Vedder, Ament, Gossard, McCready y Cameron, aunque gustos son colores. El peso de la composición del noveno disco de Pearl Jam cayó en mayor medida en Eddie Vedder y frente a una mayor presencia de la épica en Pearl Jam, en Backspacer optaron por rejuvenecer su sonido, lo que pasa es que en algunos momentos se quedó un poco por el camino. Y eso que Vedder se desgañita, grita por momentos, y las guitarras de Gossard y McCready suenan punzantes.

El comienzo es para una «Gonna See My Friend», un tema urgente con toques Punk pero con reminiscencias Pop, es una canción en la que Vedder juega con su voz y Cameron vuelve a demostrar el gran batería que es. Con «Got Some», con música a cargo de Ament, suben la apuesta y el nivel, es una canción que funciona mejor y que te deja con ganas de más, tratan de acelerar con sonidos más Punk. En «The Fixer» apuntan más hacia la melodía y les sale una canción notable, aunque no alcanza la categoría de clásico, con Vedder desgañitándose, canción por cierto cuya música cae del lado de Cameron, McCready y Gossard. Cameron y Gossard repiten en «Johnny Guitar» comienzan con fuerza pero en la segunda parte la canción se les cae. Curiosamente, una de las canciones más recordadas del disco es «Just Breathe», delicioso medio tiempo que nos recuerda a lo que hizo Vedder en Into the Wild (2007) y que es una canción muy emotiva con Vedder cantando con un gran sentimiento por encima de una instrumentación prácticamente acústica. En «Amongst the Waves» se lanzan paradójicamente a la épica, música de Gossard con Vedder cambiando de forma de cantar y con una preeminencia de las guitarras que parecen sacadas del Pearl Jam.

La segunda parte se les cae un poco. La tendencia con la que cerraban la primera parte se confirma con «Unthought Known», canción tipo «río» con algunos cambios de ritmo tras ese comienzo más lento y pausado. Sin embargo, con «Supersonic» aceleran para volver al Punk y al Hard Core, tema que firma Gossard y que funciona aunque no debemos dejar de señalar que juegan a no arriesgar. Tras el paréntesis anterior, vuelven a la épica con el medio tiempo «Speed of Sound», con unas guitarras que quieren ser luminosas. El tramo final corresponde a las dos canciones menos inspiradas del disco. Por un lado, «Force of Nature» en la que parece que han puesto el piloto automático y que cuenta con un sonido más pesado, firmada la música por McCready. Por el otro lado, y como cierre, «The End», que es como una letanía con Vedder en primer plano, emocionante es, eso no lo vamos a negar, y con una instrumentación muy sutil.

Obviamente, no es el disco que devolvería la gloria a Pearl Jam, desde un punto de vista compositivo, como tampoco lo fue su última entrega hasta el momento, un Lightning Bolt (2013) con el que fuimos un poco duros. Backspacer no es un mal disco, pero al final se va cayendo, una pena. No sabemos si Pearl Jam volverán a sacar música nueva, rumores existen, alguna canción suelta, pero han pasado ya seis años. Mientras tanto, podemos recordar este Backspacer que cumple diez años.

 

Eddie Vedder debuta en solitario con ‘Into the Wild’

El otoño de 2007 nos trajo la sorpresa del debut en solitario de Eddie Vedder. Ojo, aquello podía alarmar ya que, en no pocas ocasiones, este tipo de aventuras pueden significar el fin de la formación de procedencia, en este caso Pearl Jam. Pero no era el caso, Vedder se puso a la tarea de dotar de música a la película de su amigo Sean Penn Into the Wild, titulada en España Hacia rutas salvajes. La cinta narra la vida de Christopher McCandless (interpretado por Emile Hirsch) a partir del libro de Jon Krakauer del mismo título. McCandless decidió romper con sus lazos familiares y sociales para buscar el sentido de la vida en la naturaleza, aunque lamentablemente perdió la vida en Alaska. La película de Penn es bellísima desde un punto de vista formal, y la narración también, con un protagonismo fundamental a la música de Vedder que encajaba muy bien en las escenas y paisajes de la misma. Sin embargo, me queda la sensación de que, a pesar de ser una película disfrutable, también es un poco «tramposa», cayendo en ciertos tópicos y superficialidades.

Para la música, Vedder apostó para la producción por Adam Kasper que ya había trabajado con Pearl Jam en sus dos discos anteriores y también lo había hecho con Foo Fighters, Soundgarden, Queens Of The Stone Age, entre otros. Como decíamos, Vedder le daría al disco un toque intimista con un protagonismo de la guitarra acústica y con numerosos medios tiempos, pausados. El comienzo es para ‘Setting Forth’, que arranca con fuerza a través de la voz rasgada de Vedder, con algunos gritos incorporados, y transmite como una búsqueda, enlazando con el espíritu de la película. ‘No Ceiling’ es más sombrío, más melódico si cabe pero con el mismo protagonismo de la acústica. En ‘Far Behind’ se muestra más enérgico, una buena canción que va creciendo y que recuerda más a Pearl Jam. En ‘Rise’ cae en un terreno más intimista con la presencia destacada de la mandolina mientras que en ‘Long Nights’ se vuelve más sombrío, siendo una de las canciones menos conseguidas. ‘Toulumne’ es un interludio instrumental que dará paso a los dos mejores temas del disco.

Y es que ‘Hard Sun’, canción de Indio (Gordon Peterson), es un tema vibrante y emocionante, muy épico, le da un punto más de fuerza al emplear por primera vez la eléctrica en el disco y cuenta con Corin Tucker (Sleater – Kinney) en los coros, siendo la canción más diferente del disco. La siguiente es otra versión, ‘Society’ de Jerry Hannan, en la que Vedder mantiene su estructura acústica y minimalista, a la que aporta su personalidad pero que te conquista por una letra que cuadra perfectamente con el espíritu de la historia. ‘The Wolf’ es otro instrumental sombrío y asfixiante, con Vedder profiriendo gritos, mientras que en ‘End of the Road’ igual no consigue un tema tan redondo, parece querer abordar diferentes sonoridades, recurre de nuevo a la eléctrica, y no le acaba de funcionar. El final es para ‘Guaranteed’, por la que Vedder ganó un Globo de Oro, que nos devuelve al tono intimista y acústico, siendo otra de las canciones más destacadas del disco, con otra letra bastante explícita e interesante (por cierto, a mí siempre es un tema que me sonó a ‘Just Breathe’ que grabaron Pearl Jam en Backspacer en 2009).

El debut en solitario de Eddie Vedder fue un buen trabajo, aunque curiosamente sus dos mejores canciones eran versiones. En 2011 retornaría con un trabajo menor, Ukulele Songs, en el que hacía tanto temas nuevos como interpretaciones de otros con el ukelele como protagonista. Nunca conecté con este disco, me parecía aburrido y hace mucho que no he vuelto al mismo. No me ocurre lo mismo con Into the Wild.