Stereo Rock & Roll Bar, Logroño (La Rioja), 3 de marzo de 2019.
En Los Restos del Concierto teníamos una deuda pendiente (bueno, hay más, pero está era de las más gravosas) con el Stereo, uno de los bares musicales de referencia ya no sólo de nuestra ciudad y región sino de más allá. Desde su reapertura hace casi un año, los responsables del Stereo han lanzado una programación de conciertos que llega a alcanzar incluso los cuatro por semana, como en la que entra, tal y como nos comentaba el propio Alfredo. Tras unas obras que se alargaron mucho más de lo que a todo el mundo le hubiese gustado, comenzando por ellos mismos, el Stereo no es que volviese con fuerzas renovadas sino que está sacando toda la artillería, por seguir tirando de tópicos, y no paran porque este miércoles 6 llegan The Parson Red Heads y el 17 de este mismo mes The Zeros, entre otros muchos. Pues bien, nosotros todavía no habíamos podido acercarnos al Stereo a ningún concierto, y llegó el concierto de Fastball y no nos lo podíamos perder.
Fastball es una de esas formaciones que tuvo la mala suerte de llegar antes de tiempo. Y es que, si hubiesen aparecido unos años más tarde podrían haberse insertado en todo el tema del «Americana», aunque su sonido es más diverso. En el caso de Fastball, formados en Austin (Texas) a mediados de los noventa, la fama les llegó en 1998 con un hit como la adictiva, fronteriza e hipnótica «The Way» dentro de su segundo disco All the Pain Money Can Buy. Javier Castro recordaba en su artículo sobre la canción eclipsó a ese muy buen disco en aquella sección del verano de 2017 que llamamos «Tengo un Hit». A finales de los noventa, el Rock de raíces norteamericanas no estaba en su mejor momento, con las esperanzas depositadas en Counting Crows o Sheryl Crow y compañía desvaneciéndose, con gente como Matchbox 20 que prometían más de lo que llegaron a dar por su cambio de ritmo, con estrellas fugaces como Hootie & The Blowfish, con The Wallflowers en Jakob Dylan que también eran un «parecía que…», etc. Con «The Way», Fastball se hicieron un hueco pero fue también efímero, desapareciendo prácticamente del mainstream pero ellos no han dejado de grabar, cuentan con seis discos siendo el último Step Into Light (2017), y de girar. Y de esta forma, en la gira del vigésimo aniversario de All the Money Can Buy, llegaban al Stereo dentro de un extenso recorrido por nuestro país.
Tony Scalzo, Miles Zuniga y Joey Shuffield, junto con un bajista de acompañamiento, ofrecieron una divertida y potente tarde y casi noche de Rock norteamericano en el que predominaron las guitarras pero en el que también se desviaron, de forma muy atractiva, por sonidos más vinculados al Power Pop, allí estaban las influencias de Big Star y The Posies, entre otros muchos. El cuarteto se lanzó a todo trapo con Scalzo y Zuniga muy cercanos y compaginándose en las voces principales. Obviamente, del disco que estaban conmemorando sonaron una buena parte de sus canciones, más de la mitad, destacando claramente «The Way», «Out of My Head», «Fire Scape» o «Slow Drag». El resto del repertorio, más desconocido para la mayoría de los presentes, fue gravitando entre los sonidos más clásicos del Rock americano y el Power Pop ya señalado, como «I Will Never Let You Down» de su último trabajo, de donde también hay que destacar la enérgica «We’re On Our Way». Pero la cosa no quedó ahí, el cierre trajo dos bises con versiones incluidas, desde el «Volver, Volver» interpretado por Zuniga a todo trapo hasta el «Listen to Your Heart» de Tom Petty & The Heartbreakers, homenaje justo y obvio por las reminiscencias de su música en los texanos. Y una canción que no logré identificar con la que Scalzo hizo las delicias del público.
Una buena tarde y casi noche la que pasamos disfrutando de la música de Fastball en el maravilloso Stereo, uno de esos lugares en los que siempre te sientes como en casa y que prometemos visitar con más frecuencia, ya tocaba.