Suele ocurrir que hay bandas y artistas que aparecen en un momento dado y que, luego, no las sigues, aunque ese disco que tienes de ellos te siga encantando mucho tiempo después. Es lo que nos pasa con los norteamericanos Goo Goo Dolls, la formación encabezada por Johnny Rzeznik y Robby Takac que, además, tampoco parece ser que tuviesen la suerte necesaria para asentarse en el lugar que otros ocuparon. Con más de tres décadas de carrera, seguramente la mayoría recordarán a Goo Goo Dolls por la canción «Iris» que metieron en la película City of Angels (1998), esa remake al estilo Hollywood de El cielo sobre Berlín (1987) de Wim Wenders. Aquella canción era tremenda y también fue una especie de arma de doble filo para los Goo Goo Dolls. Pero vayamos por partes porque, para cuando salió «Iris», Goo Goo Dolls ya llevaban una carrera consolidada de cinco discos. Como tantos otros grupos, toda la fiebre por lo alternativo les había situado en el mapa con su Rock poderoso que oscilaba por momentos hacia sonidos más deudores del Punk. Con su cuarto disco, Superstar Car Wash (1993) llegarían a una major, Warner, y con A Boy Named Goo (1995), lograrían mayor visibilidad y meter su tema «Long Way Down» en la película Twister (1996). Pero sería con su sexto disco, el que nos ocupa, Dizzy Up the Girl (1998), les permitió vender millones de discos gracias seguramente a «Iris».
Rzeznik y Takac, junto al batería Mike Malinin que estaría en la banda durante casi veinte años, facturaron un disco de Rock americano en el que se basaban en composiciones que iban hacia sonidos más Pop pero sin dejar de lado el punto más Punk a cargo de las canciones escritas por Takac, que también las cantaban. En cuanto al conjunto del disco, no se resiente en ningún momento y cuenta con temas destacados. Comenzaban por una poderosa «Dizzy» que tenía los ooess típicos. «Slide» era un plato fuerte, una canción tremenda con unas guitarras que se combinaban con las acústicas mientras que Rzeznik cantaba fantásticamente y con el toque de los teclados al final le daban a la canción un punto melancólico. «Broadway» tampoco dejaba atrás la nostalgia aunque es una canción más rockera e incluso podría decirse que se acercaba al Power Pop. «January Friend» es uno de los temas de Takac y en ella le mete la aceleración ya desde la forma de cantar más Punk. Por su parte, «Black Ballon» es una canción más del Rock Pop en la que incorporan cuerdas y tiene una mayor presencia la acústica, aunque funciona muy bien. En cuanto a «Bullet Proof», es un tema más rockero con un sonido más épico y poderoso. La primera parte finaliza con otra canción de Takac, «Amigone», un Punk más melódico que el anterior.
«All Eyes on Me» puede parecer un tema más intrascendente al comienzo, de nuevo parece ser un medio tiempo, pero crecerá hasta superar esa primera sensación. En «Full Forever» retoma el protagonismo Takac, aunque en este caso con un sonido un tanto diferente, incluso en la forma de comenzar tiene un punto Placebo (sí, ya sé que puede sorprender) para luego acelerar. «Acoustic #3» es lo que promete el título, un breve tema acústico que dará paso a la joya del disco, «Iris», una balada épica con una sección de cuerdas impresionantes y un tono épico relevante que le convierten en una de las grandes canciones de final del siglo XX. He leído comentarios señalando que es una canción facilona pero no los comparto, me parece un tema soberbio. El cierre del disco es para «Extra Pale» con la que Takac destaca, seguida de un medio tiempo creciente de Pop-Rock como es «Hate This Place» y un Bonus Track como «Name», una canción más acústica que no deja de ser un bonito tema.
Igual «Iris» convirtió a Goo Goo Dolls en la típica banda de «One Hit Wonder» pero creo que no. Es cierto que vendieron millones de discos en Estados Unidos de Dizzy Up the Girl pero la banda sonora de City of Angels todavía vendería algunos millones más. Ya, sé que se puede argumentar que si no fuese por la película no hubiesen alcanzado tampoco un éxito mayor, nunca sabremos. La carrera de Goo Goo Dolls siguió, su siguiente disco tuvo una buena recepción, Gutterflower (2002), pero los tiempos estaban cambiando muy rápidamente y su repercusión fue descendiendo, aunque se han mantenido en Warner todo este tiempo. No cabe duda que tendrán su tirón en el mercado norteamericano y que, en no pocas ocasiones, me pregunto los motivos por los que dejé de lado a esta banda. Veinte años de Dizzy Up the Girl, un buen disco de una buena banda que seguramente mereció un reconocimiento mayor.