Prosigue con su carrera en solitario a la par de su hermano el (más) talentoso de los Gallagher con un nuevo disco cuyas pretensiones innovadoras han dado resultado. En manos de David Holmes, quien ya revitalizara a Primal Scream en su último trabajo, este ‘Who Built the Moon?’ suena de maravilla sin romper del todo con sus anteriores trabajos en solitario ni dejar que la producción sobresalga por encima de unas canciones que en general destacan por sí solas.
Como en un ejercicio de nostalgia noventera, Noel vuelve a armarse de referencias poprockeras (Beatles, T-Rex, Britpop) para revestir de efectividad su indudable capacidad melódica en una colección de canciones que contiene varias piezas valiosas. Sutiles elementos electrónicos y potencia sonora presiden esta tercera referencia del mayor de los Gallagher tras la disolución de Oasis, que vuelve a rayar a gran nivel.
Se abre con una electrónica contundente de inicio (muy Chemical Bros) en Fort Knox en la que ya despliega toda su energía, que se prolonga en el estupendo ejercicio de glamrock sin tregua de Holy Mountain y en una acelerada Keep on Reaching interpretada con vientos y coros a modo de soul duro. La primera pausa llega con el ritmo electrónico de It’s a Beautiful World antes de un nuevo arreón rítmico en la sugerente She Taught Me How to Fly y en la ácida y densa Be Careful What You Wish For (¿Come Together revisitada con descaro?, en cualquier caso brillante). De lo más destacado del disco es la psicodelia ligera de Black & White Sunshine, que precede a una nueva y bonita muestra de potente soul en If Love Is the Law que junto a la pieza central de intenso contenido instrumental The Man Who Built the Moon, cierran el álbum en lo alto entre interludios, créditos y el bonus en acústico de Dead in the Water.
Conserva el oficio y la puntería el músico de Manchester para acertar de nuevo con unas melodías efectivas que se sirven, con inteligencia y sin tapujos, de clásicos de diferentes tallas para sus composiciones. Vuelve a contar con ilustres colaboraciones, como Paul Weller o Johnny Marr, para sonar excelente y completar (junto a su debut homónimo y ‘Chasing Yesterday‘) una trilogía en solitario de un mérito por el que, dada la deriva de los últimos trabajos de Oasis, no todo el mundo apostaba.