Wilco comienzan a cambiar de rumbo con «Summerteeth»

Cuando quedan menos de dos meses para que Wilco actúen en el Azkena (22 de junio), la banda de Jeff Tweedy sigue acumulando efemérides en su excelsa discografía y ahora le toca el turno al vigésimo aniversario del sobresaliente Summerteeth (1999). Vale, de acuerdo, la obra maestra de Wilco siempre será considerado el clásico Yankee Hotel Foxtrot (2001), todo un hito por lo que supuso en su cambio de sonido y por su calidad, pero no creo que me equivoque mucho en considerar a su tercer disco, Summerteeth, como la otra gran obra maestra de Wilco. Es un disco que supone un cambio de rumbo, un disco que va dejando en un segundo plano los sonidos más de raíces que eran predominantes en A.M. (1995) y en el sobresaliente Being There (1996), aunque aquí también había cambios, para dejar paso a sonidos más del Power Pop y del Pop (ecos de The Beatles y de referencias californianas), más psicodélicos y también comenzaban a apreciarse ciertos gustos por la experimentación. En aquellos momentos, Wilco eran un cuarteto con Tweedy a la cabeza y Jay Bennett como segunda cabeza visible, junto a John Stirratt (único integrante de Wilco junto a Tweedy desde 1994) y el batería Ken Coomer que también había estado en Uncle Tupelo. Por aquellos años, Wilco también estaban inmersos en los discos Mermaid Avenue junto a Billy Bragg, en los que pusieron música a las letras encontradas de Woody Guthrie, lo que les dio un importante reconocimiento de la crítica. Pero volvamos a Summerteeth, disco que sería compuesto mayoritariamente por Tweedy y Bennet, una relación que no acabaría precisamente bien, y que firmarían uno de los grandes discos de la banda de Chicago.

El comienzo es tan apabullante que no te deja respiro, iniciándose el disco con «Can’t Stand It», una canción que gira hacia el Power Pop y con una fuerte presencia de los teclados; siguiendo con la no menos destacada «She’s a Jar», un medio tiempo excelso, con Tweedy frasesando prácticamente al comienzo y con cuerdas y armónicas incluidas; y siguiendo con «A Shot in the Arm» que a mí me recuerda a The Beatles, de nuevo apoyándose en el piano y en las cuerdas. No dejan esa senda con «We’re Just Friends», muy orquestal, y se adentran en los efectos y algunos elementos más ruidistas, aunque no muy estridentes, en la también destacada «I’m Always in Love». Suben la apuesta, y ya estaba alta, con la brutal «Nothing’severgonnastandinginmyway (again), una de mis canciones favoritas de Wilco, en la que hacen una canción perfecta de Pop con un estribillo que se te clava. En «Pieholden Suite» rebajan el ritmo, regresan a la orquestación junto al piano como protagonista siendo una canción más compleja en la que realizan varias mezclas de estilos y acaban con unos vientos finales. «How to Fight Loneliness» es una canción preciosa, con un un gran tempo y que se ve elevada por la forma de cantar de Tweedy. Y «Via Chicago» es otra de nuestras favoritas, sutil y elegante, nostálgica y melancólica, de lo mejor que ha escrito Tweedy nunca.

«ELT» insiste en la senda del Power Pop pero con tintes más roqueros y en «My Darling» siguen jugando con los sonidos más Pop, con el piano como protagonista de nuevo y con una mayor presencia de los coros. «When You Wake Up Feeling Old» es otra de nuestras canciones favoritas del disco y de la trayectoria de Wilco, aquí se acercan más a sonidos californianos de finales de los sesenta y la sombra de Brian Wilson y sus Beach Boys está presente. «Summer Teeth» no deja el tono del disco pero es una canción que crece en complejidad y que va anticipando matices que se harán más presentes en unos pocos años en el sonido de Wilco. «In a Future Age» es una canción más intimista, con una instrumentación menor y que va in crescendo. El disco tenía tres canciones escondidas, bueno, «23 Seconds of Silence» es lo que dice el título. Por un lado, «Candyfloss» es de nuevo una canción Pop y cierran con una remezcla un tanto acelerada de «A Shot in the Arm».

Tras este disco, las tensiones en la banda se intensificaron y también hubo choque creativo entre Tweedy y Bennett, cuya deteriorada relación se reflejaba en el documental sobre la banda I’m Trying to Break Your Heart: A Film About Wilco (2002). La situación del Yankee Hotel Foxtrot, con Reprise negándose a publicarlo, tampoco contribuyó a que la situación de la banda fuese la más ideal, Coomer la dejaría en 2001 y Bennett sería expulsado en 2002, aunque los dos aparecen acreditados en el Yankee Hotel Foxtrot, Bennett incluso como integrante todavía de Wilco, aunque todas las canciones ya las firmaría Tweedy en solitario. Bennett fallecería en 2009 aunque su legado permanece en la primera etapa de Wilco. A partir de 2002, con el Yankee Hotel Foxtrot, la banda entraría en otra dimensión, e iría asentando su formación definitiva hasta la actualidad. Mientras tanto, Summerteeth es un disco tremendo, un clásico que no ha perdido ninguna vigencia, en el que Wilco fueron dejando de lado los sonidos más de raíces. Además, nunca sonaron Wilco tan luminosos. Y es que Wilco hay unos cuantos y nunca defraudan.

 

Jeff Tweedy, «Warm»

Podríamos considerar Warm de Jeff Tweedy prácticamente como el debut en solitario del líder de Wilco. En 2014 publicó Surikae, como proyecto junto a su hijo Spencer a la batería. Mientras que Wilco seguía publicando discos y girando, llegó en 2017 un acústico con temas de Wilco y otros proyectos donde ha estado Tweedy, como por ejemplo Golden Smog y Loose Fur, que se tituló Together at Last. Y a finales de 2018 llegó este notable alto, prácticamente sobresaliente, Warm, prácticamente a la par que a una autobiografía que esperemos llegue pronto traducida por estos lares. La trayectoria de Tweedy es una de las más respetadas del mundo del Rock ‘N’ Roll y los lanzamientos de Wilco son esperados con ganas, por cierto que en junio estarán en el Azkena. En Warm encontramos un disco más intimista y acústico, en líneas generales, con una querencia hacia los sonidos más vinculados al Country de sus orígenes, tanto en Uncle Tupelo como con la primera etapa de Wilco. Obviamente, también hay reminiscencias a los propios Wilco. Acompañado de nuevo por su hijo Spencer a la batería en buena parte de los cortes, también aparece su otro hijo, Sammy, pero es Jeff Tweedy en el que se encarga de la casi todos los instrumentos.

Comienza el disco con la preciosa «Bombs Above», un medio tiempo acústico en el que Tweedy canta con la voz un tanto susurrante y ronca. En «Some Birds» se decanta por un estilo más del Country-Rock aunque ya da entrada a algunos sonidos más eléctricos. Tremenda es «Don’t Forget» que podría haber encajado en cualquier disco de Wilco, es puro Wilco, con esa mezcla de la acústica con la eléctrica de forma sutil. En cuanto a «How Hard It Is for a Desert to Die» (ahí es nada), es más minimalista pero esos sonidos eléctricos le quedan como un guante. «Let’s Go Rain» tiene un punto festivo y en parte Country, aunque luego se le pueden adivinar más matices al tema. En «From Far Away» se torna más atmosférico y el recuerdo nos lleva al Sky Blue Sky de Wilco, siendo también uno de los temas más destacados del disco.

La segunda parte comienza con la también sobresaliente «I Know What It’s Like», una canción animadísima que te conquista desde la primera escucha, pero que también tiene un toque melancólico. «Having Been Is No Way To Be» es más contundente, dentro de los parámetros del conjunto del disco, incluso se podría decir que es un poco más oscura. También se sale un poco del canon «The Red Brick», que comienza con las acústicas pero que luego se acerca a sonidos más ruidistas. En «Warm (When the Sun Has Died)» llega uno de los puntos más tranquilos y pausados, con la voz de Tweedy quedando en un segundo plano. Y en el cierre de «How Will I Find You?» se destaca ese segundo plano de su voz en una letanía que repite los mismos versos y que supone un final un tanto amargo, «How Will I Found You?, «I Don’t Know», «You’ll Be Know».

Gran disco de Jeff Tweedy, embargado por la melancolía y la tristeza en buena parte del mismo, recordemos que su mujer, Sue Miller, lleva años luchando contra una enfermedad. Tweedy demuestra su categoría como compositor e intérprete y estamos ya deseando que regrese con un nuevo disco de Wilco y de verles en directo en el Azkena de Vitoria-Gasteiz.

 

La celebración de Wilco con «Wilco (the Album)»

2019 va a ser para Los Restos del Concierto un año muy de Wilco. Tenemos pendiente la reseña del disco en solitario de Jeff Tweedy, Warm, en el que entraremos en las próximas semanas. Pero en 2019 cumplen años varios de sus discos: Summerteeth (1999), A Ghost Is Born (2004) y Wilco (the Album) (2009). Y sin olvidar que el 22 de junio serán cabezas de cartel en el Azkena de Vitoria, que no nos los vamos a perder. Así que tenemos Wilco para rato en los próximos meses, que si te descuidas a lo mejor hasta publican disco, su último trabajo ya es de 2016 con Schmilco. Pero vamos con el décimo aniversario de Wilco (the Album), un trabajo que fue considerado en su momento como «menor» (una calificación cuando menos curiosa cuando la empleamos en los discos) y que venía tras su vuelta a sonidos más pausados con el fantástico Sky Blue Sky (2007). Jeff Tweedy, Nels Cline, Mikael Jorgensen, Glenn Kotche, Pat Sansone y John Stirratt llegaban a 2009 y decidían sacar un disco de celebración en el que iban a reflejar las diferentes caras de Wilco, desde las más cercanas a sus orígenes hasta el Power Pop de Summerteeth o los sonidos experimentales de Yankee Hotel Foxtrot (2001) o el ya mencionado A Ghost Is Born. Y consiguen un disco notable que grabaron en los estudios de Neil Finn (Crowded House), que pone los coros en varios temas, en el que se observa ese proceso de Wilco, con algunas canciones muy destacadas, aunque sí que es cierto que el disco suena más a su trabajo anterior.

Comienzan con una fantástica «Wilco (the song)» que tiene un tono alegre y optimista, con un punto Pop aunque refleja de nuevo esos estadios de Wilco, escenificados también en las punzantes guitarras de Cline. Vuelven a los sonidos del Sky Blue Sky con «Deeper Down», más ambiental y delicada, mientras en «One Wing» se salen con una de las mejores canciones del disco, un tema que cuenta con diferentes fases y que va creciendo y ganando en intensidad, destacando de nuevo el sonido de las guitarras pero también el peso de la batería de Kotche. En «Bull Black Nova» aparece el sonido más experimental y ruidista que les catapulto fuera de la zona de confort del «Americana» a comienzos del siglo XXI, aunque también hay un breve espacio para la melodía. Y esta es omnipresente en la bellísima «You and I», un medio tiempo delicioso en el que se une Feist como segunda voz y se in crescendo de las guitarras. En «You Never Know», Tweedy canta con garra y el protagonismo regresa a las guitarras con el piano de Jorgensen también destacado y con una letra que a mí siempre me ha gustado.

La segunda parte comienza con un medio tiempo como «Country Disappeared», también muy sutil en el que Tweedy canta incluso en falsete. «Solitaire» es un regreso al ambiente más experimental aunque en esta ocasión no está tan logrado y en «I’ll Fight» se lanzan a la melancolía, la vez más clara en todo el disco, con una canción que recuerda a sus dos primeros trabajos, siendo otro de los temas más destacados de Wilco (the Album). El cierre es para la más rockera «Sonny Feeling» y para «Everlasting Everything», una canción un tanto más extraña, donde le dan un punto dramático en la interpretación.

Wilco (the Album) no es una de las obras maestras de la banda pero es un disco para disfrutar y con un planteamiento curioso. Desde entonces, los de Chicago no han parado, han publicado tres discos más y no podemos olvidar su caja de rarezas de 2014 que es una maravilla. Esperemos que no pase mucho tiempo hasta un nuevo disco de Wilco, mientras tanto siempre podemos regresar a cualquiera de sus trabajos anteriores porque Wilco siempre están ahí y, como dicen en el tema que abre el disco, «Wilco will love you baby».