Ultimate Success Today es el quinto disco de la banda de Detroit Protomartyr. Esta formación se inserta dentro del Post Punk, de nuevo, y han sido muy reconocidos por la crítica desde posiciones muy underground y más vinculadas al Noise y al Art Rock. Aunque, como decíamos, el Post Punk está presente en su sonido, no es menos cierto que hay otra serie de influencias y que incluso se adentran en sonidos jazzísticos, improvisadores e incorporan vientos y cuerdas en algunas canciones. Igualmente, hay reivindicación en sus canciones y se muestran bastante políticos en sus letras. Ultimate Success Today ha sido recibido con grandes y positivas críticas y, ciertamente, nos encontramos ante un disco que funciona como conjunto, que te sumerge en un sonido atmosférico y con un toque oscuro, industrial y, en ocasiones, opresivo. No cabe duda que también Protomartyr son bastante conscientes de sus objetivos y el lugar al que quieren llegar, y vaya si lo consiguen. Entre sus seguidores destacados, Idles, que han publicado nuevo disco, nuestros admirados Fontaines D.C., y su paisano Iggy Pop. Y, sí, con estos mimbres, pues Nick Cave and the Bad Seeds suenan de fondo, y por supuesto Joy Division, ayudado por el tono de voz de Joe Casey.
El comienzo es para «Day Without End», canción angustiosa, como la mayor parte del disco, con un Casey que va creciendo, casi fraseando, y con el contrapunto del saxofón. «Processed By the Boys» acelera el tono épico y ruidista para una de las mejores canciones del disco y se entiende, por la forma de cantar, la influencia de Casey en Joe Talbot de Idles. «I Am You Now» es más Punk, las guitarras son todavía más punzantes, y la intensidad crece. En «The Aphorist» el tono se torna más ochentero y más melódico aunque, a medida que avanza, la canción cambia el tempo para recobrar esa intensidad que es propia del disco. En cuanto a «June 21», la canción es más compleja, cuenta con voz femenina, Nandi Rose, y tiene un punto muy atractivo.
La segunda parte comienza con una muy Post Punk, en la línea de Joy Division, «Michigan Hammers», aunque deriva más hacia el Punk. En «Tranquilizer», aunque comienzan con el bajo tipo a los de Manchester, luego avanzan en otras direcciones, Casey canta de forma más acelerada, y el punto Art y Noise se hace más presente. «Modern Business Hyms» es la mejor canción del disco, una barbaridad Post Pink con unas guitarras fantásticas, un tono más melódico y un giro en el tramo final interesante. Las dos canciones de cierre también están entre lo mejor del disco. Por un lado, «Bridge & Crown», un tono oscuro con Casey prácticamente fraseando y el papel destacado de nuevo de las guitarras, y de nuevo con un barniz melódico. Y cambia su forma de cantar para acentuar las melodías en «Worm in Heaven», otro Post Punk de manual.
Disco complejo, oscuro, angustioso y fascinante, Protomartyr han sido un descubrimiento de estos meses y se suman a la lista de bandas como los ya mencionados Idles y Fontaines D.C., de los que son influencia. Seguramente, Protomartyr van un paso más allá en sus motivaciones, y lo consiguen.
De vuelta a Manchester, que diría aquel. Si hace unas semanas nos deteníamos en Joy Division con el libro de Jon Savage, toca la continuación de la banda con New Order dentro de las recopilaciones que estamos viendo estos meses. En este caso, un Singles que fue publicado en 2005 y que tuvo una reedición ampliada en 2016, incorporando alguna canción más. Es otra forma de mostrar la trayectoria de un grupo o artista, los singles extraídos de sus trabajos, y otros que no estaban en sus discos, de forma cronológica además lo que permite el seguimiento de su evolución. New Order han contado con otras recopilaciones, por ejemplo la de 1994 al año de la primera parada de la formación, e incluso en 2011 hubo una que combinaba la trayectoria de Joy Division y New Order. Yo, esta segunda no la acabé de ver porque creo que los dos tienen su entidad propia a pesar de compartir tres integrantes, de los lazos evidentes, pero me gusta considerarlos dos bandas diferentes. Así que, este Singles lo adquirí hace un par de años y lo llevo escuchando sin parar desde entonces.
Lo cierto es que Bernard Summer, Peter Hook y Stephen Morris no lo tenían nada fácil cuando Ian Curtis se suicidó en 1980, truncando la trayectoria de Joy Division. Lo interesante es lo que comenta Jon Savage en su libro, cómo los tres integrantes regresaron a los pocos días al estudio para seguir trabajando con Martin Hannett, el productor de los discos de Joy Division. No quiere decir que se minusvalore el impacto de ese trágico hecho pero los tres tenían claro que iban a seguir, incluso el libro de Savage nos muestra que, debido a la fragilidad de salud y emocional de Curtis, Joy Division no parecía tener un futuro muy a medio plazo. Sin embargo, la capacidad de reinvención de Summer, Hook y Morris, incorporando a la teclista Gillian Gilbert, fue rápida y tremenda, con Summer asumiendo las voces. Comenzaron con el Post Punk heredero de Joy Division para dar paso a sonidos más electrónicos y de baile, de club, el House, que les llevaron por una exitosa década de los ochenta. Bajo el mundo de Factory, Hacienda, Tony Wilson, los diseños de Peter Saville, etc., publicaron en esa década cinco discos que son considerados como clásicos: Movement (1981), Power, Corruption & Lies (1983), Low – Life (1985), Brotherhood (1986) y Technique (1989) y una canción, «Blue Monday», que reinó en clubes y discotecas. En 1993 llegaría un Republic con la banda en situación compleja que llevaría a la separación. Habían sido años de excesos y agotamiento que llevarían a una primera parada que duraría solo cinco años. En 1998 ya estaban de vuelta y en 2001 publicarían Get Ready con el que irían recuperando un sonido más guitarrero, sin dejar su esencia. Aunque en 2002 Gilbert dejaría la banda, sustituida por Phil Cunningham que sigue en New Order desde entonces, en 2005 llegaría Waiting for the Siren’s Call que dio paso en 2007 a una nueva parada de la formación. La vuelta sería en 2011 aunque en esta ocasión sin Hook, sustituido por Tom Chapman, y con Gilbert retornando. La salida de Hook no fue amistosa y Hook no ha ahorrado críticas a la gestión de su salida, continua girando con una banda propia haciendo discos de Joy Division y New Order. Mientras tanto, el ahora quinteto ha publicado dos discos más desde entonces, Lost Sirens (2013) y Music Complete (2015). El Singles que nos ocupa ya los recoge, siendo treinta y dos canciones, ni más ni menos.
Como decíamos, el orden cronológico ayuda en esta recopilación, y el comienzo es para «Ceremony», canción compuesta en la época de Joy Division que es una continuación clara del sonido de la banda anterior. Pero, con «Procession» ya dan un cambio más electrónico aunque sigue presente el poso del Post Punk. En «Everything’s Gone Green» ya se lanzan a los sonidos más dance para clavar uno de sus mejores temas. «Temptation» mantiene la línea pero todavía Summer tiene un cierto deje a Curtis en la forma de cantar, aunque estamos ante una de sus canciones más bailables. De «Blue Monday» poco se puede decir, aparece en primer lugar la versión de siete minutos, canción icónica que refleja el hedonismo de los ochenta con un ritmo sincopado. Un clásico con el que es imposible que no se te vayan los pies. Machacona es «Confusion» y el Pop electrónico más melódico aparece con la gran «Thieves Likes Us». La línea la tenían muy marcada ya en canciones como «The Perfect Kiss» y «Sub-Culture». De la BSO de Pretty in Pink (La chica de rosa) de 1986, una de esas películas reflejo de una época, llega «Shellshock», Pop más ecléctico con vientos incluidos y con una producción más marcada. «State of Nation» es una canción reivindicativa con un tono industrial y disco que anticipa a los Pet Shop Boys, un tono épico para otra gran canción de esa época. Uno de sus clásicos es «Bizarre Love Triangle» que incorpora cuerdas y es más melódica, dentro del tono electrónico de la banda. En «True Faith» ya se observa una evolución más hacia el Pop sin dejar su esencia, lo mismo que en «Touched by the Hand of God», mucho más contundente, y constituyendo estas canciones dos de las mejores de la banda. El cierre de la primera parte de la recopilación es para su remezcla del «Blue Monday» de 1988 que fue otro hit en las pistas de bailes y clubes.
La segunda parte comienza con «Fine Time» del Technique (1989) que grabaron en Ibiza. Aquí hay sonidos del Acid House y ritmos muy machacones, como en «Round & Round». En «Run 2», por la que tuvieron que reconocer la coautoría a John Denver, regresan al Pop e incluso tiene un punto de Post Punk. Una de mis favoritas es «World in Motion», que crearon para la selección de Inglaterra en el Mundial de Italia de 1990. Adictiva, la compusieron con el cómico Keith Allen y contó con la participación en los coros de varios jugadores de la selección inglesa e incluso el jugador John Barnes se marcó un Rap. Como hemos señalado, Republic (1993) es el cierre de esta primera etapa y en «Regret» hay una vuelta a las guitarras, aunque sin dejar las bases electrónicas en una canción también destacadísima. El cambio se ve también en «Ruined in a Day» donde construyen un medio tiempo épico con cuerdas incorporadas y la melancolía se instala «World (The Price of Love)» sin dejar la electrónica. El Dance no es abandonado en «Spooky», última canción de este disco en el recopilatorio. «Nineteen63» es una canción de 1987 que fue lanzada en 1995 con una nueva remezcla, de nuevo la melancolía hace acto de presencia y también destaca la forma de cantar de Summer. El retorno tras ocho años sin disco nuevo es con el más que notable Get Ready (2001) y las guitarras destacan en la tremenda «Crystal». Expansiva, y en la misma línea e igual de impactante, es «60 Miles an Hour». De la BSO de 24 Hours Party People (2002) llega «Here to Stay» que fue producida por The Chemical Brothers, alumnos de New Order, que no da pausa y refleja la cultura de club de parte de la película, aunque evoluciona hacia un tono más melódico. Waiting for the Siren’s Call (2005) me parece un gran disco y «Krafty» una canción fabulosa, un retorno al pasado, una pizca de Post Punk, y un tono épico impagable, con guitarras que también destacan. «Jetstream» es más de baile pero también contundente y cuenta con Ana Matronic (Scissor Sisters) a las voces. Y también destaca «Waiting for the Siren’s Call» que también va creciendo y que cuenta con un sonido más Pop Rock con guitarras y con cuerdas haciendo el contrapunto. «Turn» bebe más del Pop británico y el cierre es para la más guitarrera «I’ll Stay With You» de su disco Lost Sirens (2013).
Soberbia recopilación, imprescindible incluso. New Order, unos clásicos que supieron reinventarse y seguir adelante, con un sonido que hicieron propio pero también sin perder sus raíces, a las que han regresado en ocasiones.
Pocas bandas están tan mitificadas como Joy Division, y su influencia llega hasta la actualidad. La historia de Joy Division es muy conocida, ha habido películas, documentales, libros, etc., especialmente sobre la figura de Ian Curtis. Es el turno de contarla de otra forma, a través del modelo de historia oral que reza el subtítulo, y ha sido el reconocido periodista Jon Savage, testigo también de la época, el encargado de realizarlo en Una luz abrasadora, el sol y todo lo demás que ha publicado en España Reservoir Books. De Savage son Teenage: la invención de la juventud, 1875-1945 y su trabajo sobre el Punk y los Sex Pistols, England’s Dreaming, entre otras muchas. Para su relato sobre Joy Division ha apostado también por la opción cronológica, muy detallada, para abordar los pocos años de existencia de la banda, de 1976 a 1980, lo cual permite ver la rápida evolución de la banda, sus integrantes y su entorno y la velocidad que cogió cuando comenzaban a ser conocidos y tenidos como referentes. Savaga indaga en el contexto del Manchester de mediados de los setenta, y de los orígenes de los integrantes de Joy Division, contextualizando cómo cuatro chicos cuyos orígenes eran de clase trabajadora revolucionaron la música popular. Tras la eclosión del Punk, Joy Division iban a saltar a otra dimensión a través de un sonido icónico, ambiental y con Curtis como figura destacada.
Las voces de los protagonistas más destacadas son las de Bernard Summer y Peter Hook, que forman la banda, primero Warsaw, a la que se incorporan Curtis y el batería Stephen Morris. Summer y Hook llevan más peso en el relato, por el que también pasan Tony Wilson, el cofundador de Factory; Rob Gretton, representante de la banda y también cofundador de Factory; el diseñador Peter Saville, que ocupa el rol de los anteriores con respecto a Factory; entre otros muchos. El relato que ensambla Savage es fascinante y se lee de un tirón. Uno de los objetivos de Savage es desmitificar esa imagen oscura que ha quedado de Joy Division y, especialmente de Ian Curtis. Para Savage, y para muchos de los testimonios, Curtis no se correspondía del todo con esa imagen que se se ha quedado marcada a fuego por su suicidio. Sí que se incide en la cuestión de su carácter introspectivo y un tanto depresivo, en las consecuencias de la epilepsia, y en su situación personal y familiar, había tenido una hija, tenía problemas en su matrimonio y estaba enamorado de una periodista belga, Annik Honoré, que también da su visión en el libro. Pero se presenta a unos Joy Division menos trascendentales, o menos autoconscientes de ello, de lo que la historia los ha puesto, y con una realidad mucho más prosaica. También parece que el futuro de la banda, a tenor de la situación de Curtis, no iba a tener mucho más recorrido como tales. No dejan de aflorar sentimientos de culpa por parte de los protagonistas por no haber visto venir la situación. De todas formas, esa situación tan prosaica se observa en la continuación natural de Summer, Hook y Morris como New Order, junto a Gillian Gilbert.
Una luz abrasadora, el sol y todo lo demás es de obligada lectura para los seguidores y seguidoras de Joy Division, así como a los aficionados a la música. Apunta algunas claves interesantes sobre la banda y su contexto y te dan ganas de volver a ver rápidamente la grandísima 24 Hour Party People (2002) de Michael Winterbottom en el que se cuenta la historia de Factory y la escena musical de Manchester desde mediados de los setenta hasta los noventa. También de regresar a Control (2007) de Anton Corbijn, que aparece brevemente en el libro, sobre la vida de Ian Curtis. Joy Division tuvieron cuatro años de carrera, dos discos enormes como Unknown Pleasures (1979) y Closer (1980), ambos producidos por otro protagonista central como fue Martin Hannett. Canciones como «Isolation», «Dead Souls», «Transmission», «New Dawn Fades», «Shadowplay», «Love Will Tear Appart» o «Atmosphere» son eternas.