Tenía mis dudas al adquirir Mordechai, el tercer disco del trío de Houston Khruangbin, nombre complicado de pronunciar. Me fascinó «Time (You and I)», una canción fascinante, pero tenía mis dudas con otros temas. La carrera de los texanos venía precedido de dos discos, The Universe Smiles upon You (2015) y Con todo el mundo (2018), así como de un EP con su paisano Leon Bridges, Texas Sun (2020), un trabajo que tiene algunas aportaciones interesantes. El trío, formado por un virtuoso Mark Speer como guitarrista, Laura Lee como bajista y voz, y Donald DJ Johnson a la batería, se caracterizan por un sonido instrumental y psicodélico en el que van jugando con distintas influencias. En su bagaje caben desde exploraciones vinculadas al Santana más espiritual a tonos Funk, Soul e incluso del Flamenco y la Rumba, habiéndose declarado seguidores de El Fary (!). Mordechai ha sido el salto adelante de los de Houston, aunque la crítica no ha sido tan benevolente con el disco, algunas han sido tibias. Nos encontramos ante un trabajo muy ambiental y atmosférico que, en algunos momentos, se hace un tanto pesado, como si se estuviesen gustando mucho. Curiosamente, es cuando abordan canciones con la voz de Lee, estas crecen, así como cuando se muestran más eclécticos. Es un disco interesante, pero tampoco creo que sean de los que te dejan una gran huella, aunque tiene algunas canciones fascinantes.
El comienzo del disco con «First Class» ya nos indica el tono dominante del disco, un sonido ambiental, acompasado y psicodélico, con un punto Funk. El bombazo llega con la irresistible, por no hablar de su video, «Time (You and I)», una canción que aborda el Funk Soul de los setenta con la voz de Lee destacando, para no parar de bailar. «Connaissais de Face» nos retorna al instrumental con texturas psicodélicas y atmosféricas. Y en «Father Bird, Mother Bird» se adentran en los sonidos de Santana, es uno de los mejores instrumentales del disco. Menos lograda está «If There Is No Question» que es más psicodélica si cabe, con una voz de fondo sutil.
La segunda parte comienza con una rumbera «Pelota», canción cantada en español y que convence, fantástica. «One to Remember» es muy expansiva, de nuevo un instrumental que, por momentos, se hace un poco plomizo. Y regresan al toque de Santana en la guitarra con «Daerest Alfred», más pausada si cabe. Sin embargo, vuelven a demostrar que tienen puntos muy fuertes en canciones Pop como «So We Won’t Forget», de nuevo con la voz de Lee, y que va creciendo. El cierre es para la más ecléctica «Shida», que retorna a lo instrumental pero que cuentan con sonidos latinos e incluso flamencos.
Como hemos comentado, un disco que tiene grandes aciertos pero que también te deja como un poco frío, como si se produjese alguna desconexión en algunos momentos. Eso sí, compensa con canciones como «Time (You and I)».