Fue en 2015 cuando un disco titulado Coming Home nos dejaba sin aliento. Lo firmaba un joven texano, Leon Bridges, y su sonido nos remitía al revivalismo Soul pero no impostado. La voz de Bridges fue comparada con la de Sam Cooke y una nueva figura se unía al firmamento de los sonidos Soul del siglo XXI, siempre encabezado por la recordada Amy Winehouse. El segundo disco de Leon Bridges, Good Thing, se ha hecho esperar (bastante) y ha supuesto un cambio de registro en su propuesta que ha pillado con el pie cambiado a casi todo el mundo. Y es que, lejos de una segunda parte del excelso Coming Home, aquí Bridges apuesta por actualizar su sonido y centrarse en sonidos más urbanos, con una presencia más destacada del R&B y pareciendo que los modelos en los que se ha mirado son Anderson .Paak o el propio Pharrell Williams, con una producción en la que participa Ricky Reed, especializado en esta clase de sonidos. Una vez superado el cambio de registro, nos encontramos con un buen trabajo de Leon Bridges, con algunos altibajos, y con un final de disco en el que regresa a sonidos más clásicos. Es un trabajo que ha entrado directamente en el 3 en Estados Unidos pero que, sin duda alguna, le coloca en un ámbito más competitivo como es el del R&B.
El comienzo del disco, «Bet Ain’t Worth the Hand», es un medio tiempo baladístico en el que comienza con un falsete, hecho que aplicará en más ocasiones, con un sonido más clásico, incorporando una sección de cuerda y con reconocimiento en los créditos para Curtis Mayfield. En «Bad Bad News» se destaca con un tema muy potente, una canción moderna en la que frasea incluso, y muy bailable. Pero con «Shy», un medio tiempo de R&B, no acaba de funcionar, es un tema que gana en la parte del estribillo pero no convence. Sí que lo hace el baladón «Beyond», un tema que gana con las escuchas y en la que Bridges vuelve a frasear y cuenta con el contrapunto de la guitarra acústica, y especialmente con «Forgive You», en la misma línea pero superior, con un sonido grandioso.
La segunda parte comienza con la también fallida «Lions», un tema que no funciona aunque trata de hacer algo diferente con poca instrumentación. Levanta el vuelo con la más animada «If It Feels Good (Then I Must Be)» en la que la sombra de .Paak se intuye. «You Don’t Know» nos sorprende porque, a pesar de ser un tema claramente urbano, también tiene un punto de Funk setentero que deriva hacia la pista de baile, y que es uno de los descubrimientos del disco. El final, como decíamos anteriormente, es para la recuperación de los sonidos más clásicos. Primero con la preciosa «Mrs.», una canción donde Bridges canta de lujo y se aproxima al Soul de su primer trabajo. Y, segundo, con un nuevo homenaje a su madre como en su debut con la muy destacada «Georgia to Texas», una canción intensa en la que incorpora elementos jazzísticos de nuevo y que cuenta con la presencia del saxofón.
Aunque el retorno de Leon Bridges haya sorprendido por el ya señalado cambio de dirección, no es menos cierto que nos encontramos ante un artista que está buscando su espacio y lugar. Puede que haya gente que observe que su primer disco pudo ser una jugada para aprovecharse el revivalismo Soul, no sería el primero, pero no parece darse el caso. Veremos cómo evoluciona la carrera de Leon Bridges.