Que la música de raíces norteamericanas ofrece en nuestro país una serie de artistas y bandas de gran calidad es un hecho. Morgan, Salto, Joana Serrat, Frank…la lista es muy amplia y se añade a la misma Nat Simons, la madrileña Natalia García Poza. Simons ha grabado su segundo disco, el que no ocupa bajo el título de Lights, tras debutar en 2013 con Home on High y haber publicado en 2015 el EP Trouble Man. No cabe duda que Lights es un disco con el que Nat Simons da un importante salto. Primero porque la calidad de las canciones es muy alta y, segundo, porque a los mandos de la producción se pone todo un icono de la música norteamericana como Gary Louris, que también participa en el disco poniendo voces y guitarras en algunos temas. Simos se fue hasta Carolina del Norte para grabar este trabajo y sin duda se empapó de ese ambiente que se transmite en el mismo. Un disco que tiene todo el sabor del buen Country – Folk, melodías armoniosas, canciones que entran a la primera escucha, melancolía y una voz fantástica como es la de Nat Simons. Hay muchas segundas voces y ese inevitable pedal steel en varias canciones.
La primera parte del disco es muy destacada con un inicio como «Endless Summer Road», una canción cristalina con esos coros que remiten a The Jayhawks, no podía ser de otra manera, y ese pedal steel, pero en el que destaca la voz de Simons arropada por las guitarras acústicas. En «People» abraza el Country – Rock más potente en la línea de Nikki Lane por ejemplo, una canción tremenda de gran fuerza y con un estribillo pegadizo, sobresaliendo en esta ocasión las guitarras eléctricas. La pausa regresa para la melancólica «The Way It Is», una de las canciones que más transmite de todo el disco, con esas acústicas de nuevo como protagonistas. En «Desire» deriva más hacia terrenos el Blues más sureño y se dirige a terrenos más Pop – Rock con la notable «You Just Can’t Image», un tema que funciona bien gracias a una melodía bien construida.
La segunda parte va a tener un perfil más íntimo, los temas no van a ser tan eclécticos y se van a basar en gran medida en la creación de atmósferas, por momentos muy cercanas a las propuestas por Joana Serrat. Así, en «Happiness» comienza de forma delicada y sencilla, con poca instrumentación, pero a partir de los dos minutos y treinta segundos el tema se acelera. «Into the Woods» es una canción muy intimista y ambiental, su voz toma el primer plano, y tiene un claro componente acústico. En «Golden Feather» no abandona esa línea pero le aporta un sonido más contundente. Y en «Crazy for You», enmarcado en la dinámica anterior, toma el protagonismo el pedal steel. El disco se cierra con uno de los mejores momentos de Lights, «No One Compares», un medio tiempo que nos remite de nuevo a The Jayhawks con Nat Simons jugando con su voz en una canción que va ascendiendo.
Nat Simons nos ha convencido con su propuesta en este Lights, un disco que bebe de las fuentes del sonido norteamericano de raíces y con todo un Gary Louris en la producción. Pero Nat Simons también tiene su personalidad propia, unas grandes canciones y una preciosa voz.