Otra amalgama deliciosa de virtuosas sensibilidades reunidas una vez más por el genio de un M.C. Taylor que lleva años editando joyas cada vez más apreciables entre la urgencia del estruendo comercial. Por nuestra parte, tras el descubrimiento de sus dos referencias de 2017 (‘Heart Like a Levee’ y ‘Hallelujah Anyhow’) nos fuimos dejando seducir por el grueso de su prolífica carrera al frente de Hiss Golden Messenger que ya completa once referencias de estudio (a una por año de existencia) y que en los últimos años ha ido ganando relevancia.
Además de las habituales colaboraciones en la formación, como las de los hermanos Cook (Brad en la producción además de Phil), destacan las aportaciones de gente como Aaron Dessner (The National) o Jenny Lewis entre otros, para conformar un folk límpido y sutil, con medido y variado componente eléctrico y con la sensibilidad vocal a flor de piel. Con dominio de la temática personal (familia, entorno, salud), también hay espacio para la social como la fantástica I Need a Teacher, que abre el disco con contundencia rítmica y reivindicación educativa. Luminosa y triste, la bella Bright Direction (You’re a Dark Star Now) da paso a la más enérgica y ligera My Wing. Ejemplos de contención y sugerencia son el ritmo denso de Old Enough To Wonder Why (East Side-West Side) y la crudeza bluesera de Whip. Los teclados y el moderado volumen de Cat’s Eye Blue introducen una pausa antes de dedicar a su hija la animosa Happy Birthday Baby y a una amiga Katy (You Don’t Have To Be Good Yet). Aires blues y conflictos interiores componen Down at the Uptown y un piano triste enfrenta la adversidad en el intenso cierre que da nombre al disco.
Un placer escuchar estas nuevas canciones que una vez más abstraen por la magistral interpretación, sensible y elegante, de una banda repleta de talentos entregados a la causa de un Taylor que no relaja el nivel en esta última entrega que puede situarse a la altura de sus magníficos precedentes.