Tenía ganas de escribir acerca de The Waterboys, una banda que tiene varias de las categorías en las que podemos agrupar a los artistas y grupos. Siempre liderados por Mike Scott, The Waterboys fueron muy grandes en los ochenta; se pasaron al Folk en el cambio de década; pasaron desapercibidos en los noventa con Mike Scott en solitario; y regresaron con el siglo XXI no habiendo parado de sacar discos, ocho de sus dieciséis, el último recién salido como es Good Luck, Seeker. Por el camino, una larga lista de integrantes del grupo escocés e irlandés que mantiene en su formación al violinista Steve Wickham. El resto, no llegan a cumplir una década en la banda, por la que han pasado innumerables músicos. Scott ha creado un cancionero potente y algunos clásicos que son imperecederos, carne de radios nostálgicas, aunque sus últimos discos han logrado también el reconocimiento de la crítica. Para nuestra generación, seguramente el primer recuerdo de The Waterboys, al menos el mío, es el violín de inicio de la increíble «Fisherman’s Blues» del disco homónimo de 1988 y uno de sus grandes clásicos. Ya desde la portada, aquel disco tenía un aroma tradicional pero The Waterboys iban más allá. Imbuidos por el espíritu de la época, The Waterboys comenzaron siendo una banda de Rock que podría caer en esos primeros ochenta en el saco en el que entraban U2, por ejemplo, menos afectados pero también con una gran épica. Seguramente el tono Folk les llevaría a encontrar su lugar y a separarlos de otras vías y que tendría su punto de inflexión en un clásico como This Is the Sea (1985), donde estaba «The Whole of the Moon». Luego llegaría la vía más Folk ya comentada, con Fisherman’s Blues y Room to Roam (1990). El cierre de la primera etapa de The Waterboys vendría de la mano de Dream Harder (1993), un disco que se puede considerar de Mike Scott, no estaban los integrantes anteriores, y ya, como tantos artistas, fuera de las modas del momento. Scott se lanzaría en solitario con Bring ‘Em All In (1995) y Still Burning (1997). Y es en este punto en el que nos detenemos para analizar este recopilatorio, The Whole of the Moon: The Music of Mike Scott and the Waterboys. Dieciséis canciones de ese periodo que se van intercalando y que muestran la fuerza de la banda y algunos aciertos de Scott en solitario. Atentos y atentas a la portada, una llamada a las portadas clásicas de la banda de sus tres primeros discos.
«The Whole of the Moon» es el comienzo, clásico y hit de los ochenta, una canción épica y maravillosa que nunca te puedes cansar de escuchar. A continuación, una canción muy buena como es «Glastonbury Song» que es de 1993 pero que tiene toda la fuerza de la banda aunque, como hemos señalado, ya es grabada por Scott y músicos de sesión. «Medicine Bow» es un Rock urgente y poderoso de 1985 con unas guitarras muy conseguidas. Y llega el otro gran clásico, «Fisherman’s Blues», sonido Folk que transmite nostalgia y melancolía, ideal para escuchar en mañanas de niebla y en la que brilla el violín de Steve Wickham, coautor del tema, así como una mandolina a cargo de otro mítico integrante de la banda, Anthony Thistlethwaite. «A Girl Called Johnny» aparece en un directo potente en la que el saxofón y el piano están impactantes. Y «The Pan Within» es una de las grandes canciones de la banda, un sonido muy épico con el violín de Wickham de nuevo marcando, otro clásico.
«She Is So Beautiful» ya pertenece a la carrera en solitario de Scott, año 1995 concretamente, una canción que comienza de forma intimista y va creciendo, una canción muy buena también. También de Scott en solitario es la más rockera «Rare, Precious and Gone», en directo en una sesión de radio y que es otra maravilla. El Folk más sentimental y emocional regresa con el «Strange Boat» del Fisherman’s Blues, la cual da paso una épica «Red Army Blues», otra de las grandes canciones de The Waterboys. Más de ocho minutos para un tema de su segundo disco que vuelve a contar con el saxofón de Thistlethwaite como una de sus señas de identidad. «This Is the Sea» mantiene el elevado nivel de la selección, gran canción en la que la épica vuelve a ser predominante y otra de las clásicas de la banda.
El último tercio de la recopilación se abre con «Higher In The Time», novedad en el disco y que Scott compuso con Thistlethwaite, de nuevo un tono épico que se va hacia el Pop. A mí me gusta mucho, desde 1993 que es el año en que salió, «The Return of Pan», creo que es una canción que tiene algo en la que Scott mezcla Folk, Rock y épica. «What Do You Want Me To Do?» es otra muestra de la carrera de Scott en solitario aunque aquí está menos conseguida, es un ejercicio de Rock épico acústico. Por su parte, «When Ye Go Away» es una canción intimista de sus trabajos más Folk y el cierre es para una emocionante «Love Anyway», Scott incorporando unas cuerdas que quedan de maravilla.
Como hemos señalado, Scott regresó con a The Waterboys en 2000 y, desde entonces, no han parado. En 2008, tuvimos la oportunidad de verlos en Actual, en una noche de domingo de enero en el Palacio de los Deportes de La Rioja, no estaríamos ni mil personas. Pero recuerdo la fuerza de la banda, el carisma de Scott y el sonido de «The Whole of the Moon» y de «Fisherman’s Blues». Una banda imprescindible.