Si fuera actor sería un secundario, pero uno de esos que realzan las buenas películas, de los que se les reserva un papel trascendental y que acaban imprimiendo su propia huella y robando escenas al protagonista. Y es que el talento de Brendan Benson no pasa desapercibido por más que esté rodeado por estrellas del rock u otros músicos de prestigio; aunque cuando más ha lucido ha sido en sus trabajos en solitario y de estos (particularmente) en el que publicaba hace ahora diez años bajo el título de «My Old, Familiar Friend».
Hablamos de la que sería su cuarta referencia en solitario que llegaba tras un debut ilusionante («One Mississippi», 1996) y dos continuaciones en clara progresión, como serían el más pulido «Lapalco» de 2002 y el excelente «The Alternative to Love» de 2005, en el que ya se apreciaba el sonido que perfeccionaría en el que nos ocupa. Y entre estos dos últimos las que serían sus grabaciones con mayor repercusión como componente de The Raconteurs junto a Jack White (con quien coescribió gran parte de las canciones), Jack Lawrence y Patrick Keeler y cuyos dos fantásticos discos («Broken Boy Soldiers» de 2006 y «Consolers of the Lonely» de 2008) parece tendrán continuación en este mismo año.
Aunque «My Old, Familiar Friend» fue grabado en 2007, entre la publicación de los dos álbumes junto a The Raconteurs, este no vería la luz hasta agosto de 2009 cuando fue presentado A Whole Lot Better como primer sencillo. En su grabación Benson se reservó la ejecución de un montón de instrumentos, pero también contó con la colaboración de gente como su amigo Dean Fertita a los teclados (Queens of the Stone Age) o David Sardy (productor de Oasis o The Dandy Warhols entre otros) y más gente además de una sección de cuerda, y con un productor de campanillas como Gil Norton (Pixies, Foo Fighters) que le imprimió una energía proveniente del rock de la que habían carecido sus anteriores trabajos.
Lo cierto es que todos sus trabajos rayan a un nivel alto, pero este desprende una especial energía y buenrollismo que lo coloca por encima del resto de su producción. Así se abre impetuoso con A Whole Lot Better con unas guitarras agresivas y melódicas acompañadas de unos juegos de voces que supone una estupenda presentación de lo que vendrá a continuación. Eyes on the Horizon sigue la misma línea con algo más de ritmo y profundidad, también preciosas voces en un estribillo de lo más luminoso, antes de Garbage Day, precioso y urgente soul realzado por las cuerdas. Gonowhere es un bello y cálido medio tiempo al piano y Feel Like Taking You Home se inicia suave para crecer poco a poco hacia un rock insistente. Una balada cuidada y emocionante con sección de cuerdas incluida, You Make a Fool Out of Me, precede a una de las incontestables joyas del disco, la mayúscula y vitamínica Poised and Ready.
El cuarteto final del álbum lo abren Don’t Wanna Talk que lo tiene todo: ritmo, potencia, voces, melodía y un estribillo pegadizo, y una Misery plagada de guitarras, teclados y coros en ascenso emocional y potente. El broche lo ponen los suaves teclados de la más íntima Lesson Learned y el derroche instrumental de Borrow, guitarras y más guitarras para un final a todo trapo.
Sin inventar nada pero con la lección mejor aprendida que nadie, el músico de Michigan ejercitaba en esta ocasión y como nunca sus habilidades compositivas para crear, con aparente facilidad, originales y efectivas melodías pop desde el folk y el power pop, con algunos pasajes más rockeros y otros extraídos de la música negra, para completar un disco de una luminosidad y energía que irán diluyéndose en sus dos trabajos posteriores.
Tanto en «What Kind of World» (2012) como en «You Were Right» (2013), discos editados en su propio sello Readymade Records creado a raíz de la grabación del primero, se percibía un sonido simplificado (de manera más notable en el segundo) con respecto al que hoy tratamos, que podría ser considerado la cumbre de su producción en cuanto a medios así como a resultados. Dedicado desde entonces a su familia y a producir a gente como Robyn Hitchcock o Eric Burdon y componer para otros artistas como Jake Bugg, Nick Lowe o The Kooks, su carrera en solitario lleva tiempo aparcada y no hay visos de continuidad por el momento, de modo que seguiremos utilizando sus contagiosas canciones para subirnos el ánimo, especialmente las de este «My Old, Familiar Friend» que le quedó tan estupendo.