Otro de los recopilatorios al que habíamos hecho referencia en los meses pasados fue el de New Order Singles, un doble que fue publicado de nuevo en 2016. Toca el momento de recordar su disco de 2005, Waiting for the Siren’s Call en el que los de Manchester sonaban más eléctricos y guitarreros, aunque sin dejar de lado su toque electrónico. Recordemos que New Order habían regresado con novedades discográficas en 2001 con Get Ready, un disco muy bien acogido, y es que New Order se habían tirado casi una década sin sacar disco, desde el Republic de 1993. Pero, en los próximos años, se producirían algunas novedades importantes. La más significativa fue el descanso que se tomó en el grupo Gillian Gilbert para dedicarse a sus hijos, recordemos que es la pareja de Stephen Morris. Phil Cunningham se convertiría en su sustituto aunque llevaba con la banda desde 2001. En el disco también participarían diferentes productores, lo que daría el tono de algunas canciones, como Stephen Street (The Smiths), Stuart Price (Madonna) y John Leckie (Radiohead, Muse, Stone Roses). El disco suena muy melancólico, con un Bernard Summer en ese tono en buena parte de las canciones, envueltas en texturas de guitarras eléctricas y de sintetizadores y programaciones. Colabora Ana Matronic de Scissor Sisters y el diseño del disco vuelve a ser de Peter Saville, icónico como esta portada, muestra de sencillez y minimalismo.
«Who’s Joe?» parece que va a ser un tema de teclados épicos pero enseguida deriva hacia el Rock con esas guitarras de tono oscuro y melancólico. «Hey Now What You Doing» es un Rock de guitarras más contundentes pero luego van hacia sonidos más atmosféricos y Pop, aunque gana la primera vía. «Waiting for the Siren’s Call» es una canción donde hay sintetizadores y programaciones pero también tiene su punto más orgánico, es un canción Pop Rock que adopta un tono melancólico. «Krafty» fue el single de presentación y es una de las canciones más destacadas del disco, el bajo de Peter Hook se convierte en el protagonista y no deja de estar abonada a un tono nostálgico. «I Told You So» se va más allá de los seis minutos, es un tema electrónico con bases machaconas cambiando el tempo del disco. Con «Morning Night and Day» siguen en esa dirección aunque el sonido es más canónico de New Order, combinándose a la par riffs de guitarra y de sintetizadores.
Y no dejamos las bases programadas y el tono más machacón con «Dracula’s Castle», aunque aquí el tono vuelve a ser más melancólico. «Jetstream» es la canción en la que colabora Ana Matronic y es una de las dos que produce Pierce, y en esta también participa en la composición, siendo un tema más complejo y ecléctico, mezclando Rock y electrónica y que funciona muy bien. «Guilt Is a Useless Emotion», de nuevo producida por Pierce, es más electrónica, las bases son poderosas y la producción se impone. En «Turn» hacen una de las mejores canciones del disco, regresan al Rock, en este caso de corte británico, con la incorporación de guitarras acústicas. Y final es para la más cañera «Working Overtime», que también es una barbaridad.
De este disco, nos gustan mucho las canciones más Rock y menos electrónicas, demostrando de nuevo New Order su versatilidad. Después del mismo, la banda se separó en 2007 con la salida poco amistosa del bajista Peter Hook. No tardarían en regresar, concretamente en 2011, con Gilbert y con la incorporación de Tom Chapman como bajista. Desde entonces, dos discos más y esperando nueva música de la banda que han publicado el single «Be a Rebel» en septiembre de este año.
De vuelta a Manchester, que diría aquel. Si hace unas semanas nos deteníamos en Joy Division con el libro de Jon Savage, toca la continuación de la banda con New Order dentro de las recopilaciones que estamos viendo estos meses. En este caso, un Singles que fue publicado en 2005 y que tuvo una reedición ampliada en 2016, incorporando alguna canción más. Es otra forma de mostrar la trayectoria de un grupo o artista, los singles extraídos de sus trabajos, y otros que no estaban en sus discos, de forma cronológica además lo que permite el seguimiento de su evolución. New Order han contado con otras recopilaciones, por ejemplo la de 1994 al año de la primera parada de la formación, e incluso en 2011 hubo una que combinaba la trayectoria de Joy Division y New Order. Yo, esta segunda no la acabé de ver porque creo que los dos tienen su entidad propia a pesar de compartir tres integrantes, de los lazos evidentes, pero me gusta considerarlos dos bandas diferentes. Así que, este Singles lo adquirí hace un par de años y lo llevo escuchando sin parar desde entonces.
Lo cierto es que Bernard Summer, Peter Hook y Stephen Morris no lo tenían nada fácil cuando Ian Curtis se suicidó en 1980, truncando la trayectoria de Joy Division. Lo interesante es lo que comenta Jon Savage en su libro, cómo los tres integrantes regresaron a los pocos días al estudio para seguir trabajando con Martin Hannett, el productor de los discos de Joy Division. No quiere decir que se minusvalore el impacto de ese trágico hecho pero los tres tenían claro que iban a seguir, incluso el libro de Savage nos muestra que, debido a la fragilidad de salud y emocional de Curtis, Joy Division no parecía tener un futuro muy a medio plazo. Sin embargo, la capacidad de reinvención de Summer, Hook y Morris, incorporando a la teclista Gillian Gilbert, fue rápida y tremenda, con Summer asumiendo las voces. Comenzaron con el Post Punk heredero de Joy Division para dar paso a sonidos más electrónicos y de baile, de club, el House, que les llevaron por una exitosa década de los ochenta. Bajo el mundo de Factory, Hacienda, Tony Wilson, los diseños de Peter Saville, etc., publicaron en esa década cinco discos que son considerados como clásicos: Movement (1981), Power, Corruption & Lies (1983), Low – Life (1985), Brotherhood (1986) y Technique (1989) y una canción, «Blue Monday», que reinó en clubes y discotecas. En 1993 llegaría un Republic con la banda en situación compleja que llevaría a la separación. Habían sido años de excesos y agotamiento que llevarían a una primera parada que duraría solo cinco años. En 1998 ya estaban de vuelta y en 2001 publicarían Get Ready con el que irían recuperando un sonido más guitarrero, sin dejar su esencia. Aunque en 2002 Gilbert dejaría la banda, sustituida por Phil Cunningham que sigue en New Order desde entonces, en 2005 llegaría Waiting for the Siren’s Call que dio paso en 2007 a una nueva parada de la formación. La vuelta sería en 2011 aunque en esta ocasión sin Hook, sustituido por Tom Chapman, y con Gilbert retornando. La salida de Hook no fue amistosa y Hook no ha ahorrado críticas a la gestión de su salida, continua girando con una banda propia haciendo discos de Joy Division y New Order. Mientras tanto, el ahora quinteto ha publicado dos discos más desde entonces, Lost Sirens (2013) y Music Complete (2015). El Singles que nos ocupa ya los recoge, siendo treinta y dos canciones, ni más ni menos.
Como decíamos, el orden cronológico ayuda en esta recopilación, y el comienzo es para «Ceremony», canción compuesta en la época de Joy Division que es una continuación clara del sonido de la banda anterior. Pero, con «Procession» ya dan un cambio más electrónico aunque sigue presente el poso del Post Punk. En «Everything’s Gone Green» ya se lanzan a los sonidos más dance para clavar uno de sus mejores temas. «Temptation» mantiene la línea pero todavía Summer tiene un cierto deje a Curtis en la forma de cantar, aunque estamos ante una de sus canciones más bailables. De «Blue Monday» poco se puede decir, aparece en primer lugar la versión de siete minutos, canción icónica que refleja el hedonismo de los ochenta con un ritmo sincopado. Un clásico con el que es imposible que no se te vayan los pies. Machacona es «Confusion» y el Pop electrónico más melódico aparece con la gran «Thieves Likes Us». La línea la tenían muy marcada ya en canciones como «The Perfect Kiss» y «Sub-Culture». De la BSO de Pretty in Pink (La chica de rosa) de 1986, una de esas películas reflejo de una época, llega «Shellshock», Pop más ecléctico con vientos incluidos y con una producción más marcada. «State of Nation» es una canción reivindicativa con un tono industrial y disco que anticipa a los Pet Shop Boys, un tono épico para otra gran canción de esa época. Uno de sus clásicos es «Bizarre Love Triangle» que incorpora cuerdas y es más melódica, dentro del tono electrónico de la banda. En «True Faith» ya se observa una evolución más hacia el Pop sin dejar su esencia, lo mismo que en «Touched by the Hand of God», mucho más contundente, y constituyendo estas canciones dos de las mejores de la banda. El cierre de la primera parte de la recopilación es para su remezcla del «Blue Monday» de 1988 que fue otro hit en las pistas de bailes y clubes.
La segunda parte comienza con «Fine Time» del Technique (1989) que grabaron en Ibiza. Aquí hay sonidos del Acid House y ritmos muy machacones, como en «Round & Round». En «Run 2», por la que tuvieron que reconocer la coautoría a John Denver, regresan al Pop e incluso tiene un punto de Post Punk. Una de mis favoritas es «World in Motion», que crearon para la selección de Inglaterra en el Mundial de Italia de 1990. Adictiva, la compusieron con el cómico Keith Allen y contó con la participación en los coros de varios jugadores de la selección inglesa e incluso el jugador John Barnes se marcó un Rap. Como hemos señalado, Republic (1993) es el cierre de esta primera etapa y en «Regret» hay una vuelta a las guitarras, aunque sin dejar las bases electrónicas en una canción también destacadísima. El cambio se ve también en «Ruined in a Day» donde construyen un medio tiempo épico con cuerdas incorporadas y la melancolía se instala «World (The Price of Love)» sin dejar la electrónica. El Dance no es abandonado en «Spooky», última canción de este disco en el recopilatorio. «Nineteen63» es una canción de 1987 que fue lanzada en 1995 con una nueva remezcla, de nuevo la melancolía hace acto de presencia y también destaca la forma de cantar de Summer. El retorno tras ocho años sin disco nuevo es con el más que notable Get Ready (2001) y las guitarras destacan en la tremenda «Crystal». Expansiva, y en la misma línea e igual de impactante, es «60 Miles an Hour». De la BSO de 24 Hours Party People (2002) llega «Here to Stay» que fue producida por The Chemical Brothers, alumnos de New Order, que no da pausa y refleja la cultura de club de parte de la película, aunque evoluciona hacia un tono más melódico. Waiting for the Siren’s Call (2005) me parece un gran disco y «Krafty» una canción fabulosa, un retorno al pasado, una pizca de Post Punk, y un tono épico impagable, con guitarras que también destacan. «Jetstream» es más de baile pero también contundente y cuenta con Ana Matronic (Scissor Sisters) a las voces. Y también destaca «Waiting for the Siren’s Call» que también va creciendo y que cuenta con un sonido más Pop Rock con guitarras y con cuerdas haciendo el contrapunto. «Turn» bebe más del Pop británico y el cierre es para la más guitarrera «I’ll Stay With You» de su disco Lost Sirens (2013).
Soberbia recopilación, imprescindible incluso. New Order, unos clásicos que supieron reinventarse y seguir adelante, con un sonido que hicieron propio pero también sin perder sus raíces, a las que han regresado en ocasiones.
Pocas bandas están tan mitificadas como Joy Division, y su influencia llega hasta la actualidad. La historia de Joy Division es muy conocida, ha habido películas, documentales, libros, etc., especialmente sobre la figura de Ian Curtis. Es el turno de contarla de otra forma, a través del modelo de historia oral que reza el subtítulo, y ha sido el reconocido periodista Jon Savage, testigo también de la época, el encargado de realizarlo en Una luz abrasadora, el sol y todo lo demás que ha publicado en España Reservoir Books. De Savage son Teenage: la invención de la juventud, 1875-1945 y su trabajo sobre el Punk y los Sex Pistols, England’s Dreaming, entre otras muchas. Para su relato sobre Joy Division ha apostado también por la opción cronológica, muy detallada, para abordar los pocos años de existencia de la banda, de 1976 a 1980, lo cual permite ver la rápida evolución de la banda, sus integrantes y su entorno y la velocidad que cogió cuando comenzaban a ser conocidos y tenidos como referentes. Savaga indaga en el contexto del Manchester de mediados de los setenta, y de los orígenes de los integrantes de Joy Division, contextualizando cómo cuatro chicos cuyos orígenes eran de clase trabajadora revolucionaron la música popular. Tras la eclosión del Punk, Joy Division iban a saltar a otra dimensión a través de un sonido icónico, ambiental y con Curtis como figura destacada.
Las voces de los protagonistas más destacadas son las de Bernard Summer y Peter Hook, que forman la banda, primero Warsaw, a la que se incorporan Curtis y el batería Stephen Morris. Summer y Hook llevan más peso en el relato, por el que también pasan Tony Wilson, el cofundador de Factory; Rob Gretton, representante de la banda y también cofundador de Factory; el diseñador Peter Saville, que ocupa el rol de los anteriores con respecto a Factory; entre otros muchos. El relato que ensambla Savage es fascinante y se lee de un tirón. Uno de los objetivos de Savage es desmitificar esa imagen oscura que ha quedado de Joy Division y, especialmente de Ian Curtis. Para Savage, y para muchos de los testimonios, Curtis no se correspondía del todo con esa imagen que se se ha quedado marcada a fuego por su suicidio. Sí que se incide en la cuestión de su carácter introspectivo y un tanto depresivo, en las consecuencias de la epilepsia, y en su situación personal y familiar, había tenido una hija, tenía problemas en su matrimonio y estaba enamorado de una periodista belga, Annik Honoré, que también da su visión en el libro. Pero se presenta a unos Joy Division menos trascendentales, o menos autoconscientes de ello, de lo que la historia los ha puesto, y con una realidad mucho más prosaica. También parece que el futuro de la banda, a tenor de la situación de Curtis, no iba a tener mucho más recorrido como tales. No dejan de aflorar sentimientos de culpa por parte de los protagonistas por no haber visto venir la situación. De todas formas, esa situación tan prosaica se observa en la continuación natural de Summer, Hook y Morris como New Order, junto a Gillian Gilbert.
Una luz abrasadora, el sol y todo lo demás es de obligada lectura para los seguidores y seguidoras de Joy Division, así como a los aficionados a la música. Apunta algunas claves interesantes sobre la banda y su contexto y te dan ganas de volver a ver rápidamente la grandísima 24 Hour Party People (2002) de Michael Winterbottom en el que se cuenta la historia de Factory y la escena musical de Manchester desde mediados de los setenta hasta los noventa. También de regresar a Control (2007) de Anton Corbijn, que aparece brevemente en el libro, sobre la vida de Ian Curtis. Joy Division tuvieron cuatro años de carrera, dos discos enormes como Unknown Pleasures (1979) y Closer (1980), ambos producidos por otro protagonista central como fue Martin Hannett. Canciones como «Isolation», «Dead Souls», «Transmission», «New Dawn Fades», «Shadowplay», «Love Will Tear Appart» o «Atmosphere» son eternas.