En el último mes de la década recién concluida nos llegaba uno de los lanzamientos más importantes del año; trece años después de su último álbum de estudio la icónica banda londinense regresaba con once nuevas canciones para dictar una penúltima cátedra de rock clásico y rememorar en lo posible el espíritu que los llevó a reinar allá por los sesenta y setenta. Junto a la figura de sus dos únicos y principales miembros originales, que exhiben un empuje sorprendente superadas las setenteycinco primaveras, se han servido de prestigiosos instrumentistas en lugar de los desaparecidos John Entwistle y Keith Moon; así han recurrido al bajista habitual de sus giras, el veterano Pino Palladino, y a los pujantes percusionistas Joey Waronker (que ha girado con R.E.M. y Beck además de formar parte de Atoms For Peace) y Zak Starkey (hijo mayor de Ringo Starr que ha trabajado con Oasis, Johnny Marr o The Waterboys) entre otros, además de determinados arreglos orquestales en un par de canciones.
Y de veras funciona este reencuentro en el que la inconfundible expresividad y habilidad a las cuerdas de Pete Townsend (que firma todas las canciones excepto un par) y el admirable estado de forma vocal de Roger Daltrey completan una continuación más que digna de su gloriosa carrera. Funciona desde el principio en el que dejan claros sus poderes, con unas inconfundibles guitarras y voz en All this Music Must Fade. A continuación mantienen la contundencia sobre una textura de piano en el rock parsimonioso de Ball and Chain antes de elevar la emoción a base de ritmo y color en I don’t Wanna Get Wise, ritmo que potencian en Detour por medio de la percusión y las palmas. Dead on One String se abre con sintetizadores cálidos y se desarrolla en la épica del estribillo y Hero Ground Zero despliegan la orquesta antes de los guitarrazos centrales y una Street Song menos destacable en la que resuenan sus característicos teclados. Pete Townsend canta estupendamente en la preciosa y amena I’ll Be Back, delicadamente orquestada, a la que siguen las cadencias alternas a ritmo de folk de la única composición ajena (aunque quede en casa, porque el autor es su hermano pequeño Simon Townsend) Break the News. La electricidad recupera el trono especialmente en el estribillo de la guitarrera Rockin’ in Rage para cerrar relajada y fluidamente con She Rocked My World.
Presentados por una fantástica portada obra de otro clásico como el artista británico Peter Blake, autor entre otras (Paul Weller, Eric Clapton…) de la histórica cubierta del «Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band» de The Beatles, estas veteranas leyendas del rock han levantado un más que admirable trabajo en base a los mismos argumentos con que han sostenido tradicionalmente su discurso para reeditarlo en perfecto estado y prolongarlo sin sobresaltos ni rémoras.