Todo disco nuevo de Bunbury es un acontecimiento en la música popular española, tanto para sus seguidores y seguidoras como para los que ocupan la posición opuesta, que tampoco son pocos. El caso es que en este extraño 2020, Bunbury ha publicado su décimo disco de estudio bajo el título de Posible. Como tantas novedades, esta se vio retrasada por los primeros meses de la pandemia de la Covid-19, también viéndose trasladada la gira de presentación del disco al año 2021, si es posible. También fue muy comentado en los medios de comunicación la publicación del libro El método Bunbury (Difácil) de Fernando del Val que analiza referencias literarias en canciones del aragonés que no habrían sido acreditadas. En fin, lo que viene a ser plagio. Sin embargo, tras unas primeras semanas de polémica, la misma se ha diluido, y tampoco el propio Bunbury entró a rebatir la cuestión en una situación que no era una novedad. Pero, como decíamos, un nuevo disco de Bunbury que viene tras el rupturista, en cierto sentido, Expectativas de 2017, y del que siguen ciertos aspectos como la presencia del saxofón. Algunos medios han comparado este nuevo disco de Bunbury con su Radical sonora (1997), primer trabajo en solitario que sorprendió por su sonido electrónico propio de aquel periodo. Creo que no llega a ese extremo y Bunbury va juntando piezas que van desde bases electrónicas, su afectada forma de cantar, letras ambiciosas y, al final, la sensación de quedarse en algunos momentos en una especie de «tierra de nadie».
El comienzo del disco es una clara muestra de esa intención rupturista, que luego no es tanto, con «Cualquiera en su sano juicio (Se habría vuelto loco por ti)». Hay electrónica y sonidos de los ochenta, aunque suena un tanto irregular. Mejora en «Hombre de acción», una canción más conseguida, con una letra más impactante y con un tono épico tan propio de Bunbury. Incide en la electrónica y lo experimental con «Deseos de usar y tirar» que se queda en esa situación que decíamos de «tierra de nadie», tiene un punto melódico que no acaba de encajar con el tono electrónico. Letra ambiciosa en «Mis posibilidades (Interstellar)», una canción más Pop con la parte electrónica menos lograda. En «Las palabras» también parece que podría haber ido más allá, una canción con su voz más melódica pero de nuevo con una producción que no parece ajustarse, aunque aquí las guitarras tienen más peso.
La segunda parte se levanta con «Arte de vanguardia», una canción en la que tira de sintetizadores y que va ganando en fuerza y presencia, siendo una de las más destacadas del disco. Regresa al tono de la primera parte con «Mariachi sin cabeza», una canción en la que la producción sigue siendo excesiva. Sin embargo, el tramo final del disco es la mejor parte. Comienza con la canción más conseguida, «Como un millón de dolares», un sonido más poderoso, gran letra, y un tono más estimulante. Luego llega «Indeciso o no», en la que regresa a lo experimental pero aquí el Rock tiene mucha más presencia gracias a las guitarras. Y se cierra con «Los términos de mi rendición» en el que ya encontramos al Bunbury más canónico, épico e intenso.
Como decíamos al comienzo, Bunbury nunca deja indiferente y siempre tiene cosas que aportar, pero este Posible se nos queda a medias. Esperemos que en el nuevo trabajo que ha señalado estar preparando tire por el tramo final del disco.