Rainier Fog es el sexto disco de la mítica banda de Seattle Alice in Chains, una de las formaciones que definieron el Grunge a finales de los ochenta y en los primeros noventa del siglo XX. No hemos hablado nunca de Alice in Chains en Los Restos del Concierto, así que ya les tocaba. De las cuatro grandes bandas de Seattle (junto a Nirvana, Pearl Jam y Soundgarden), Alice in Chains eran los que tenían un sonido más Heavy Metal, igual tenían menos potencialidad comercial pero, a la vez, podían tener más seguidores y seguidoras en ese ámbito. Lamentablemente, y como Nirvana y Soundgarden, la tragedia marcaría la trayectoria de Alice in Chains con el fallecimiento por sobredosis de su cantante y frontman Layne Staley en 2002, así como la del bajista original (había dejado la formación en 1993), Mike Starr, que lo hizo en 2011. Staley era el líder carismático pero la fuerza creativa era el talentoso guitarrista Jerry Cantrell pero la defunción de Staley dio lugar al final de la primera etapa de la banda, consolidada con el batería original Sean Kinney y el bajista Mike Inez. Aunque su producción no había sido muy extensa en cuanto a discos, hasta 2002 habían publicado tres largos y varios EPs, dejaban clásicos como «Would?», «Man in the Box», «Bleed the Freak», «Angry Chair», «Rooster» o «Again». Además, a mí me gusta reivindicar su lado más acústico, aquella maravilla que fue del EP Jar of Flies (1994) con «No Excuses», «I Stay Away» y «Nutshell» o su tremendo MTV Unplugged de 1996 que les llevó al 3 del Billboard y en el que se veía a un Staley en muy malas condiciones físicas pero haciendo una interpretación brutal. Tras el shock del fallecimiento de Staley, Cantrell, Inez y Kinney regresaron a los escenarios en 2005 e incorporaron poco después a William DuVall, un cantante y guitarrista solvente y con personalidad propia, no intentando clonar a Staley, cuestión imposible. Cantrell asumiría junto a DuVall las tareas de cantante y desde entonces ya han publicado tres largos, siendo este solvente Rainier Fog la última entrega. Obviamente, no hay variación en el sonido de Alice in Chains, esas guitarras pesadas y ese tono un tanto épico y dramático, aunque también es verdad que el disco puede hacerse por momentos un tanto reiterativo.
Con Cantrell asumiendo prácticamente la totalidad de las tareas compositivas, el disco comienza con la potente «The One You Know», un tema donde combinan las voces Cantrell y DuVall y que cuenta con un sonido épico. En «Rainier Fog» parecen buscar un sonido más melódico pero destacan de nuevo los riffs poderosos. Por su parte, «Red Giant» gana con las escuchas, quieren apuntalar la épica del disco y suena como los Alice in Chains de hace más de dos décadas, con la batería de Kinney destacando. «Fly» es una de las canciones que más nos convencen, de nuevo sonido de principios de los noventa pero acercándose a la parte más melódica aunque no se acercan al lado acústico. En «Drone» vuelven a la potencia y la «pesadez» de las guitarras, y se van muy por encima de los seis minutos, aunque de fondo parece que Cantrell quiere darle un punto blusero.
En la segunda parte siguen con un sonido más monolítico aunque «Deaf Ears Blind Eyes» tiene un toque más oscuro y Cantrell sigue haciendo de las suyas a la guitarra. En «Maybe» retornan al punto más melódico aunque sin dejar la potencia y «So Far Under», tema compuesto exclusivamente por DuVall, entregan un tema muy potente pero que se hace ya muy reiterativo. «Never Fade» es otra de las grandes canciones del disco, va in crescendo y regresan al tono más melódico. El cierre es para el larguísimo «As I Am», supera los siete minutos, cargando el tema de dramatismo pero se hace muy pesado.
Está claro que este Rainier Fog convencerá a los fans del grupo y a los seguidores del Grunge y que no saldrá de esos contornos, pero hay que destacar el buen hacer de una banda como Alice in Chains, como también lo demuestran en directo, y con unas canciones nuevas que no alcanzan sus clásicos pero que tampoco desmerecen su trayectoria.