La primera mitad de la década de los noventa alumbró una gran cantidad de grupos que lograron tener una visibilidad a la estela del Grunge. Ya lo hemos comentado en algunas ocasiones, Nirvana y compañía abrieron una puerta y pasaron muchos grupos que ya estaban en activo, pero fueron fichados por las majors aprovechando que los sonidos de guitarras estaban de moda. Sonic Youth, Dinosaur Jr, Soul Asylum…son sólo unos ejemplos que llegaron a ver sus vídeos en la MTV y sus canciones sonaban en las radios comerciales. La siguiente hornada de grupos, muy heterogéneos pero catalogados en «lo alternativo», ya iban con un camino hecho. Con el Grunge finiquitado con el suicidio de Cobain, surgieron grupos del ámbito del Punk como Green ay y Offspring que tomaron el relevo. A un lado quedaría el BritPop. El sonido también se diversificada, pronto las bases electrónicas se juntarían con las guitarras. Pero, desde Reino Unido iba a llegar una banda que se iba a caracterizar por un sonido más duro, guitarras más afiladas, por un discurso político y con una cantante de poderosa presencia. Nos estamos refiriendo a Skunk Anansie y volvemos a 1995 con su debut, Paranoid & Sunburnt. Estaba claro que Skunk Anansie tampoco iban a reventar las listas pero las canciones de sus primeros dos discos sonaron mucho. La banda estaba formada por Skin, de nombre Deborah Dyer, cantante y cabeza visible, una imagen potente y muy empoderada. Junto a ella, Martin «Ace» Kent a la guitarra y Richard «Cass» Lewis al bajo, añadiéndose en 1995 Mark Richardson a la batería, que sustituía a Robbie France. Sin duda alguna, Skin llamaba mucho la atención, era una fuerza muy poderosa y, lo más importante, contaba con una voz brutal. Skin era la compositora de las canciones junto con Len Arran, que estaría con la banda en sus primeros tres discos, así como en el inicio de la carrera en solitario de Skin. El impulso de Skunk Anansie vendría cuando colocaron «Selling Jesus» en la banda sonora de la película Strange Days (1995), aquella trama futurista y distópica con Ralph Fiennes, Juliette Lewis y Angela Basset y que dirigía Kathryn Bigelow. Creo que muchos nos fijamos en Skunk Anansie por aquella película. Este es su disco de debut.
La propia «Selling Jesus» abría el disco, una canción brutal, con un mensaje explícito, sonido que rayaba el Hard Core por momentos, y con Skin mostrando sus credenciales desde el primer segundo. Pero la cosa iba a mejorar, «Intellectualise My Blackness» sigue sin dar tregua y Skin se lanza en canal con el sonido de la batería de fondo. En «I Can Dream» el sonido se torna más melódico, dentro de su estilo, siendo una canción donde priman las guitarras y que mantiene el nivel a gran altura. Y llega otro momento tremendo, de mis favoritos, «Little Baby Swastikkka», casi nada, comienza lenta y luego va creciendo para ganar en intensidad. «All in the Name of Pity» es otra barbaridad, la fuerza que despliegan y cómo canta Skin. La primera parte del disco se cierra recuperando un tono más melódico con «Charity», canción en la que juegan con diferentes tonos y en la que Skin presenta una voz más delicada.
Ya habían hecho una primera mitad del disco para enmarcar por lo que era difícil mantener el nivel en la segunda, pero están a punto de conseguirlo. «It Takes Blood & Guts to Be This Cool But I’m Still Just a Cliche» es más cañera aunque tiene un toque Funk en el bajo y Skin rapea. En «Weak» demuestran de nuevo su capacidad para irse al lado más melódico aunque sin bajar la potencia y con «And Here I Stand» vuelve a ser eclécticos con el rapeo de Skin y con la presencia del bajo de Cass. «100 Ways to Be a Good Girl» es más lenta aunque también tiene un punto dramático que va «in crescendo». El cierre es poderosísimo con «Rise Up», otra de las canciones más potentes del disco.
Paranoid & Sunburnt no ha envejecido nada mal, al contrario, parece un disco para estos tiempos. Un año después, y lo recordaremos en 2021, Skunk Anansie publicarían Stoosh (1996), otro gran disco pero más accesible que su debut. Luego llegaría Post Orgasmic Chill (1999), que también alcanzaría una buena repercusión pero ya…En 2001, la banda se separó y Skin comenzaría una carrera en solitario que en 2003 presentaría con un debut interesante, Fleshwounds, un disco más ecléctico y ya con tintes electrónicos incluso, con canciones que «Faithfulness» o «Trashed». Habría un segundo disco de Skin, Fake Chemical State (2006), aunque su repercusión fue menor. En 2008, Skunk Anansie regresarían con y, desde entonces, han publicado tres discos y no han parado de girar. Siguen con fuerza y su mensaje continúa sonando, y es que son canciones muy necesarias.