Este viernes, 4 de octubre, nuestro querido Stereo (Logroño, La Rioja) acogerá un nuevo concierto de altura. Han comenzado fuerte de nuevo los amigos del Stereo con una programación que no para, son incombustibles. Lo dicho, el viernes 4 lo visitan Caustic Roll Dave & Mike Mariconda, que este año han publicado el EP Beetween You and Disaster, cuatro canciones eclécticas de base Blues y garajera, pero desde. A Caustic Roll Dave, el alias de David Vilà Marfil, tuvimos la oportunidad de verlo hace cuatro años en la primera edición del Curso de Verano Identidad y Música que dirigíamos Sergio Pérez de Heredia y un servidor. En aquella ocasión, Caustic Roll Dave participó tanto en el curso como ofreció un fantástico concierto en el Biribay, con canciones de su disco Approaching Noise (2014), entre otras. El regreso de Caustic Roll Dave es junto al reconocido productor neoyorquino Mike Mariconda, integrante a su vez de The Devil Dogs y The Raunch Hands. Un disco que se disfruta y que tiene el único pero que es un EP, y es que se nos hace corto.
Comienzan con «I Get Lost», una canción muy ecléctica y sonido más experimental, con guitarras «sucias» y que suenan como unos Bestie Boys escorados hacia ese sonido. Llega el turno de «Black Days», un Blues más convencional, siempre bajo el tamiz de Caustic Roll Dave y Mariconda, más minimalista, basa su fuerza en el peso de las guitarras y la armónica. En cuanto a «I Hit the Ground», se escoran hacia el Garaje, es una canción que tiene un punto más oscuro pero que atrapa, y de nuevo la armónica en un lugar destacado. El cierre es para una adictiva «Keep the Rockin'», más pausada pero más rockera. Además, si cuentas con la edición de vinilo también te permite la descarga de un fantástico concierto que esperemos que sea sólo un pequeño aperitivo de lo que pasará el viernes por la noche en el Stereo. Si pueden, no se los pierdan.
Stereo Rock & Roll Bar, Logroño (La Rioja), 3 de marzo de 2019.
En Los Restos del Concierto teníamos una deuda pendiente (bueno, hay más, pero está era de las más gravosas) con el Stereo, uno de los bares musicales de referencia ya no sólo de nuestra ciudad y región sino de más allá. Desde su reapertura hace casi un año, los responsables del Stereo han lanzado una programación de conciertos que llega a alcanzar incluso los cuatro por semana, como en la que entra, tal y como nos comentaba el propio Alfredo. Tras unas obras que se alargaron mucho más de lo que a todo el mundo le hubiese gustado, comenzando por ellos mismos, el Stereo no es que volviese con fuerzas renovadas sino que está sacando toda la artillería, por seguir tirando de tópicos, y no paran porque este miércoles 6 llegan The Parson Red Heads y el 17 de este mismo mes The Zeros, entre otros muchos. Pues bien, nosotros todavía no habíamos podido acercarnos al Stereo a ningún concierto, y llegó el concierto de Fastball y no nos lo podíamos perder.
Fastball es una de esas formaciones que tuvo la mala suerte de llegar antes de tiempo. Y es que, si hubiesen aparecido unos años más tarde podrían haberse insertado en todo el tema del «Americana», aunque su sonido es más diverso. En el caso de Fastball, formados en Austin (Texas) a mediados de los noventa, la fama les llegó en 1998 con un hit como la adictiva, fronteriza e hipnótica «The Way» dentro de su segundo disco All the Pain Money Can Buy. Javier Castro recordaba en su artículo sobre la canción eclipsó a ese muy buen disco en aquella sección del verano de 2017 que llamamos «Tengo un Hit». A finales de los noventa, el Rock de raíces norteamericanas no estaba en su mejor momento, con las esperanzas depositadas en Counting Crows o Sheryl Crow y compañía desvaneciéndose, con gente como Matchbox 20 que prometían más de lo que llegaron a dar por su cambio de ritmo, con estrellas fugaces como Hootie & The Blowfish, con The Wallflowers en Jakob Dylan que también eran un «parecía que…», etc. Con «The Way», Fastball se hicieron un hueco pero fue también efímero, desapareciendo prácticamente del mainstream pero ellos no han dejado de grabar, cuentan con seis discos siendo el último Step Into Light (2017), y de girar. Y de esta forma, en la gira del vigésimo aniversario de All the Money Can Buy, llegaban al Stereo dentro de un extenso recorrido por nuestro país.
Tony Scalzo, Miles Zuniga y Joey Shuffield, junto con un bajista de acompañamiento, ofrecieron una divertida y potente tarde y casi noche de Rock norteamericano en el que predominaron las guitarras pero en el que también se desviaron, de forma muy atractiva, por sonidos más vinculados al Power Pop, allí estaban las influencias de Big Star y The Posies, entre otros muchos. El cuarteto se lanzó a todo trapo con Scalzo y Zuniga muy cercanos y compaginándose en las voces principales. Obviamente, del disco que estaban conmemorando sonaron una buena parte de sus canciones, más de la mitad, destacando claramente «The Way», «Out of My Head», «Fire Scape» o «Slow Drag». El resto del repertorio, más desconocido para la mayoría de los presentes, fue gravitando entre los sonidos más clásicos del Rock americano y el Power Pop ya señalado, como «I Will Never Let You Down» de su último trabajo, de donde también hay que destacar la enérgica «We’re On Our Way». Pero la cosa no quedó ahí, el cierre trajo dos bises con versiones incluidas, desde el «Volver, Volver» interpretado por Zuniga a todo trapo hasta el «Listen to Your Heart» de Tom Petty & The Heartbreakers, homenaje justo y obvio por las reminiscencias de su música en los texanos. Y una canción que no logré identificar con la que Scalzo hizo las delicias del público.
Una buena tarde y casi noche la que pasamos disfrutando de la música de Fastball en el maravilloso Stereo, uno de esos lugares en los que siempre te sientes como en casa y que prometemos visitar con más frecuencia, ya tocaba.
La escena regional nos vuelve a dar una gran alegría, en este caso el segundo largo de Los Mutagénicos, formación de trayectoria consolidada y que va ganando en reputación en el circuito del Rock & Roll. Si su primer disco, El Guateque (2014), ya mostraba esas señas de identidad basadas en el rock sesentero, el garaje y el surf rock, con unas guitarras poderosas, en ¡¡Mutan!! se produce una evolución hacia la dos primera dirección. La formación ha sufrido algunos cambios y, en la actualidad, la integran Alfredo ‘Roto’, Santi ‘El Pequeño’ y la incorporación de Pablo Magariños a la batería. Junto a ellos, participó en la grabación del disco Jorge ‘Stereo’, otro de los miembros originales de la formación. Poco más de veinticinco minutos de disco que te alegra el día con riffs de guitarras y sonidos potentes que tenemos ganas de ver en directo. Grabado de nuevo en Casa Mabe de El Rasillo y producido por David Garrido, el disco funciona como un reloj.
El comienzo es para ‘Quiero fumar’, letra explícita por cierto, que tiene un toque clásico del Rock & Roll y con un punto de Swing en las guitarra, junto con el contrapunto del órgano y con una sección rítmica que marca la canción, un gran punto de inicio. ‘Mutagenízate’ es un trallazo de Rock & Roll con esos vientos y ese ritmo fantástico, un tema logradísimo. Y qué decir de la gamberra ‘Soy un robot’, ese riff de guitarra que marca la canción, una letra fantástica que firmaría el propio Bender de Futurama. El Surf Rock retorna con la menos acelerada ‘Freak Show’ donde destaca el sonido del órgano y de la percusión. Y también convence ‘Mientes más que hablas’, pura esencia del Pop de los sesenta, ideal para un guateque de aquellos que vivieron nuestros padres y que vimos en las películas, y de nuevo a destacar la incorporación del saxofón.
La segunda parte del disco comienza con la versión del tema ‘Saturno es aburrido’ de Los Nikis, un punto más de oscuridad y un inicio de sonido inquietante y acelerado, con ese órgano y esos efectos, para una de nuestras canciones favoritas, y donde colabora José Luis Ouro aportando su voz radiofónica. El retorno a los sonidos sesenteros se produce con ‘Contigo’, un tema más pausado que gana con las escuchas. El Rock & Roll más clásico y el Surf Rock se dan la mano en la instrumental ‘La ola del diablo’ que va creciendo en intensidad. Y una de las sorpresas llega con ‘Junge Frau’, canción en alemán, que sigue destilando esencias del Rock & Roll con el diálogo entre la guitarra y el órgano. El cierre del disco es ‘Dos pistolas para un manco’, de nuevo un gran instrumental que, como ya nos ocurrió con su primer disco, cabría en alguna banda sonora de Quentin Tarantino con un sonido Western.
Disco que supera el notable con creces y que supone un salto importante para Mutagénicos. A destacar de nuevo también la maravillosa portada de Mikel Echandi el divertido vídeo de ‘Soy un robot’ a cargo del gran Alejandro Girona.