Hay discos que a uno le cautivan desde la primera escucha. Hay discos que sabes que te acompañaran siempre. Hay discos que no dejan de rondarte. Y Rainy Day Music es uno de ellos. En Los Restos del Concierto lo hemos contado más de una vez, ni Javier Castro ni un servidor habíamos seguido a The Jayhawks desde sus comienzos, llegamos muy tarde y lo hicimos cuando en el apogeo del denominado ‘Americana’ numerosos artistas y bandas los señalaban en entrevistas como referentes. Y es que The Jayhawks llegaron demasiado pronto, el Hollywood Town Hall (1992) y Tomorrow the Green Grass (1995) son dos clásicos atemporales que Gary Louris y Mark Olson se sacaron de la manga. No fue hasta 2006 y, especialmente, 2007 cuando nosotros nos estudiamos toda la obra de The Jayhawks y en el mes de enero nos impactó un disco que era reciente, 2003, como Rainy Day Music y entonces nos preguntamos ‘¿cómo se nos pudo pasar este disco?’. Y es que para nosotros es una colección de canciones muy especial, un disco que transmite una sensación de conjunto impresionante, una melancolía y unas melodías fascinantes. Parece como si Louris, que ya se había quedado al frente de la formación y tampoco estaba en la misma Karen Grotberg. Tras abandonar Mark Olson la formación, Louris reivindicó un sonido más Pop en notable Sound of Lies (1997). Para Smile (2000), posiblemente su disco más incomprendido, el sonido fue más experimental y aunque lo grabó Grotberg, en las fotos del libreto aparece Jen Gunderman. Pero para el séptimo disco, Louris apostaría por volver a las raíces, esas segundas voces características, y realizó el disco que más recordaba a los The Jayhawks más esencialistas. Secundado por el fiel Marc Perlman y por Tim O’Reagan, junto a Stephen McCarthy, además colaboraron en el disco Ethan Jones, que también ejerció labores de producción, Matthew Sweet, Jacob Dylan, Bernie Leadon, etc., así como también estaba por allí como productor ejecutivo todo un Rick Rubin.
Ya comenzando por esa maravillosa y minimalista portada, que transmite muchísimo, Rainy Day Music te envuelve y te lleva con un sonido puro, muy limpio, melancólico pero con grandes melodías. Ya el comienzo es una sobresaliente ‘Stumbling Through the Dark’, compuesta por Louris y Sweet, una canción brillante, a dos voces y con un banjo fantástico. Pero le sigue ‘Tailspain’, una canción que te gana y de las más enérgicas del disco, con el contrapunto del pedal steel. Y ‘All the Right Seasons’ te transporta a una década antes, un tema delicadísimo. Pero llega a continuación otro de los grandes momentos del disco, la imbatible ‘Save for a Rainy Day’, grandísima melodía y grandísima letra, una de mis favoritas de The Jayhawks de siempre.
Con ‘Eyes of Sarahjane’ se ponen más rockeros y con ‘One’s Man Problem’ retornan a un punto más Pop, aunque es un tema precioso en el que Louris canta de forma sobresaliente y destacan las acústicas. Por su parte, ‘Don’t Let the World Get in Your Way’ adopta un tono mucho más sombrío gracias a las cuerdas y ‘Come to the River’ está más cercana a esa etiqueta de aquellos momentos del ‘Americana’, sonido de los que fueron uno de sus pilares fundamentales antes de su invención como hemos señalado, con esa combinación de acústicas y eléctricas y con un estribillo potente. Y aquí aparece otra de las grandes joyas, ‘Angelyne’, nostálgica y melancólica, fascinante, triste pero con una melodía que invita a la alegría y que pasó a ser otra de mis favoritas de The Jayhawks desde el primer momento.
La recta final se encara con la pausada ‘Madman’, con la melancólica de nuevo ‘You Look So Young’ y que de nuevo nos recuerda a los años clásicos de la banda. Y nos queda la composición fantástica de O’Reagan con la emocionante ‘Tampa to Tulsa’ que también te atrapa. Y también la aportación de Perlman con ‘Will I See You in Heaven’, tema de carácter minimalista. Para cerrar, una repetición más acústica de ‘Stumbling Through the Dark’.
Injustamente, otros muchos y con menos legitimidad se llevaron los honores en aquellos años del ‘Americana’. The Jayhawks echarían el cierre en 2005 y Louris publicaría disco en solitario en 2008, Vagabonds, además de continuar con el supergrupo Golden Smog. Pero los de Minneapolis iban creciendo en prestigio y leyenda. Las esperanzas de su retorno estaban ahí y más cuando Louris y Olson grabaron Ready for the Floor (2008), producido por Chris Robinson. Y hubo gira de reunión de la formación clásica, la del Tomorrow the Green Grass, pero las relación entre Louris y Olson estaban rotas. Su disco Mockingbird Time (2011) fue fallido y Olson dejó la banda por segunda vez en 2012. Louris se quedaba de nuevo al mando en solitario y alcanzaba el notable con el más reciente Paging Mr. Proust (2016).
En fin, quince años que han pasado desde un disco maravilloso como este Rainy Day Music y nunca nos hemos cansado del mismo. Como hemos indicado, Louris quiso volver a esas esencias, aquello que tuvo con Olson y que años después no pudo lograr, pero con este disco nos conquistó.