El final de 2017 nos trajo la publicación del doble disco en directo de The Replacements For Sale: Live at Maxwell’s 1986. The Replacements es una de nuestras bandas ‘malditas’ favoritas en Los Restos del Concierto y ya hablamos de ellos ya que eran uno de los grupos que protagonizaban el fantástico Nuestro grupo podría ser tu vida (Contra, 2013) de Michael Azerrad. Y es que los de Minneapolis estuvieron a punto de ser una de las grandes bandas de los ochenta pero eligieron otro camino, el de la autodestrucción y los excesos. Con Paul Westerberg a la cabeza (precisamente con sus canciones en la banda sonora de Singles fue cuando supimos de su existencia hace ya más de dos décadas), Bobby Stinson (expulsado de la banda en 1986 por sus adicciones y fallecido en 1995), Tommy Stinson (que se ha ganado la vida posteriormente girando con Guns N’ Roses y Soul Asylum, entre otros proyectos) y Chris Mars a la batería, publicaron siete discos en la década de los ochenta, desde el underground y el sello independiente Twin/Tone a fichar por una major como vinculada a Warner. Su gran obra fue el Let It Be (1984), el último trabajo para Twin/Tone y en el que ya mostraban su evolución de sonidos más acelerados y Punk a otros más melódicos, emparentados con el Power Pop. Y, cómo decíamos, tuvieron su oportunidad, giraron con REM, etc., pero…pero no pudo ser. Siempre es una gozada escuchar sus discos y canciones y por eso celebramos este directo grabado en una pequeña sala de Hoboken (New Jersey) en 1986 donde nos encontramos con una banda en plena efervescencia, sonido acelerado y urgente, Westerberg cantando como si le fuese la vida en ello, y unas fotografías en el libreto interior que nos muestran la esencia de esos momentos.
Venían de haber publicado su cuarto disco, Tim (1985), el primero con Sire, y el primero de los dos discos ya es una locura en sí mismo. Primando los sonidos más Punk Rock que los melódicos, aunque no faltan, el desparrame es total desde el comienzo con ‘Hayday’, ‘Color Me Impressed’ y ‘Dose of Thunder’, Hay un breve interludio con el ‘Fox on the Run’ de Sweet y entran en el Power Pop con ‘Hold My Life’. Luego llega uno de sus clásicos, ‘I Will Dare’ que da paso al Punk más ramoniano con ‘Favorite Thing’. Otro de sus grandes temas es la más melódica es ‘Unsatisfied’ así como el fantástico Power Pop de ‘Can’t Hardly Wait’, otro de sus clásicos. Y el final del primer disco es un no parar: ‘Takin a Ride’, ‘Bastards of Young’, ‘Kiss Me on the Bus’ y la versión llevada a su terreno del ‘Black Diamond’ de Kiss que habían registrado en Let it Be. Toda la esencia de The Replacements en definitiva, especialmente en el tramo final.
El segundo disco no desmerece, comenzando con el medio tiempo, en sus parámetros, ‘Johny’s Gonna Die’. Pero el retorno a los sonidos más acelerados y Punk, incluso con un toque de Hardcore en el segundo caso, se produce con ‘Otto’ y ‘I’m In Trouble’. Imposible no reconocer la melodía del ‘Left of the Dial’ y retorno a los sonidos Punk con ‘God Damn Job’. En ‘Answering Machine’ comienzan Westerberg y la guitarra eléctrica, con una voz ya muy tocada, para a continuación meter toda la tralla. ‘Waitress in the Sky’ es uno de los temas que se sale de la norma, un ritmo juguetón y con ese punto más clásico que no les quedaba mal, aunque no tardan en regresar a lo suyo con ‘Take Me Down to the Hospital’, y de ahí no se bajan con ‘Gary’s Got a Boner’. Ponen la pausa con una sentida ‘If Only You Were Lonely’. Y llega una poderorísima versión del ‘Baby Strange’ de T-REX, otra del ‘Hitchin’ a Ride’ de Vanity Fare, y culminan esta tanda con la del ‘Nowhere Man’ de The Beatles, en su estilo obviamente y con un Westerberg al que por momentos la voz no le llega. El cierre del segundo disco es para ‘G0’, con un punto melódico y más oscuro, y para ‘Fuck School’, otro de los temas de su comienzo y que es un puñetazo Punk de menos de dos minutos.
Siempre es buen momento para recuperar a The Replacements y pensar lo que esta banda pudo llegar a ser, no tuvieron suerte o no la quisieron tener, pero nos quedan sus canciones y alguna que otra gira de reunión de Westerberg y Tommy Stinson que no acabó siendo muy satisfactoria. Una pena.