Puede que sorprenda que abordemos aquí a una banda como Keane, convertidos en símbolo de ese Pop azucarado e inofensivo del que Coldplay serían sus máximos exponentes. Pero se cumplen quince años de su debut con Hopes and Fears y no voy a negar que me gustaron mucho cuando salieron, llamaron la atención en un momento en el que había un batiburrillo de estilos y tendencias del que no saldríamos. Si sirve de algo, o no, también en 2004 Maroon 5 alcanzaron su éxito con su primer disco, Songs About Jane que había sido publicado en 2002 pero que había pasado desapercibido. O debutaron The Killers con Hot Fuss que, aunque los ponía en la senda de bandas como Franz Ferdinand y compañía, pronto se saldrían de ella. Mientras que Maroon 5 y The Killers han conseguido ser unas bandas mainstream, Keane se quedaron en parte por el camino, y eso que presentaban credenciales muy atractivas con unas melodías Pop que ya las hubiesen querido los Coldplay más inspirados, los de su obra maestra A Rush of Blood to the Head (2002) y que en 2005 publicarían el flojo y aburrido X & Y. Keane les adelantarían con Hope and Fears, un disco en el que los protagonistas son la voz de tenor de Tom Chaplin, con capacidad para llevarla muy alto, y el piano de Tim Rice-Oxley, en una banda que llamaba la atención porque carecían de guitarras. Junto a ellos, el terceto lo conformaba Richard Hughes a la batería. Como titulábamos este artículo, estaban en el lugar y en el momento adecuado y su single de salida fue un pepinazo de la talla de «Somewhere Only We Knows». La crítica más especializada no les tuvo muy en consideración, los de Pitchfork les dieron un 2,8 sobre 10, un suspenso en toda regla. Pero, desde el Reino Unido, los medios musicales veían a Keane como unos nuevos Coldplay o Travis. También ocurre que en breve llegarían Franz Ferdinand y compañía y la cosa cambiaría. Pero vamos a centrarnos en este debut que tiene grandes canciones, yo hace mucho que no lo escuchaba y me tiene enganchado
La primera parte del disco es un no parar de canciones basadas en melodías Pop y en la combinación de la voz de Chaplin y el piano de Rice-Oxley. «Somewhere Only We Knows» es una carta de presentación infalible, que crece a medida que avanza y que ya quisieran haberla firmado Coldplay. «This Is the Last Time» no le va a la zaga, es otro hit y la melodía es tremenda, transmitiendo un mayor grado de melancolía. Y en «Bend and Break» se tiran hacia el dramatismo con un piano omnipresente, acelerando un poco el tempo. En «We Might As Well Be Strangers» apuestan por las cuerdas y, es más pausada y dramática todavía y van jugando con la intensidad. «Everybody’s Changing» es otra de las apuestas fuertes del disco, igual es más «fácil», el piano se te clava y la melodía es todavía más empalagosa pero vuelve a convencer. En «Your Eyes Open» se contienen y su tonalidad es más oscura, dentro de los márgenes de Keane, pero se convierte en una de esas canciones que no recordabas.
La segunda parte no puede mantener ese nivel, aunque «She Has No Time» es notable, es más minimalista, Chaplin canta en falsete y sube la intensidad. En «Can’t Stop Now» destaca un estribillo muy logrado y «Sunshine» ya comienza a convencer menos, tiene un tono apesadumbrado. El punto más bajo del disco es el intento de hacer algo más moderno, los toques electrónicos están presentes, con «Untitled I», que no deja poso. El final es para «Bedshaped», una vuelta al Pop más épico para acabar bien arriba, aunque no dejan de lado los efectos electrónicos del tema anterior, más sutiles.
Keane vendieron más de cinco millones de copias y lograron ser número 1 en Reino Unido. A pesar de la ya comentada visión de cierta crítica, Keane eran una de las bandas emergentes del momento. Pero no lograron mantener las expectativas, ya bajaron su impacto con Under the Iron Sun (2006), aunque mantuvo el número 1 en Reino Unido, así como singles como «It’s Any Wonder», que implicaba un cierto cambio en su sonido, o «Atlantic» lograron también éxitos, aunque este segundo ya caía. Con sus dos siguientes trabajos, el descenso prosigue y Keane pierden el crédito ganado con su debut. No es menos cierto que, este estilo de música iba perdiendo relevancia, incluso Coldplay habían dado un volantazo a su carrera, pero podrían haber aguantado mejor. Luego llegan problemas de salud de Chaplin que le obligan a entrar en rehabilitación. La banda para de 2014 a 2018 para regresar en 2019 con Cause and Effect, a la par que una gira de presentación. La verdad es que no tenía intención de hacer este disco pero, un día, me picó la curiosidad y ya no he dejado de escucharlo. Una historia que se repite en otros artistas y bandas, un debut fulgurante pero, luego, una trayectoria irregular. Eso sí, con la primera parte de este disco lograron escalar alto.