Sigue el bueno de Bob Dylan sacando sus Bootleg Series y le llega el turno a la número trece, casi nada, que aborda una de las etapas más controvertidas de su carrera, aquella de finales de los setenta y principios de los ochenta en la que se convirtió al cristianismo y abrazó sonidos más Góspel en esa triada de discos como son Slow Train Coming (1979), Saved (1980) y Shot of Love (1981), todos ellos con unas portadas horribles por ciertos. Trabajos que no despertaron el entusiasmo de sus seguidores y que en este bootleg bajo el título de Trouble no More aparecen la gran mayoría de sus canciones grabadas en directo y que ha supuesto una reconciliación con ese periodo. Los temas fueron grabados de 1979 a 1981 y Dylan llevaba una banda de altura. El reconocido Tim Drummond estaba al bajo, el no menos mítico Spooner Oldham y Terry Young se ocuparon de los teclados en la mayoría de los temas (iba con los dos), Fred Tackett se hizo cargo de la guitarra eléctrica y la batería fue para otro grande como Jim Keltner. También aparecen en algún tema Carlos Santana y Al Kooper, pero una de las principales fortalezas de estos conciertos residía en el coro que llevaba, de tres a cinco coristas, con Mary Elizabeth Bridges, Gwen Ewans, Clydie King, Regina McCrary, Regina Peebles, Helena Springs, Mona Lisa Young y Carolyn Dennis, que fue su esposa y madre de una de sus hijas, hecho que permaneció en secreto hasta 2001. Otros músicos que aparecen en Trouble no More son Willie Smith, Steve Ripley y Arthur Rosato.
La edición en doble disco nos ofrece treinta temas en los que se observa cómo la maquina va muy engrasada. Toca enteros Slow Train Coming y Saved mientras que de Shot of Love se deja por el camino cuatro de las diez que integran el disco. Además, de tres temas hay ración doble: ‘Slow Train’, ‘Gotta Serve Somebody’ y ‘Solid Rock’. Por otro lado, también está un tema que no entró en el tercero de los discos que abarca este periodo como es ‘Caribbean Wind’ y que aparecía en futuros trabajos de rarezas y Bootlegs. Y hay tres canciones inéditas de títulos tan explícitos como ‘Blessed Is The Name’, ‘Ain’t No Man Righteous, No Not One’ y especialmente ‘Ain’t Gonna Go to Hell for Anybody’, que viniendo de Dylan, y más del Dylan de ese momento, es toda una declaración de principios. Es un tratado con un claro toque Góspel, especialmente marcado por las ya señaladas coristas pero también por una presencia constante de los teclados. Además, se observa un Dylan que se viene arriba y que canta por momentos con la furia de un predicador. Tampoco hay mucho tiempo para el descanso y las canciones te van llevando con ese fuerte punto espiritual de esa época de Dylan. Y, además de temas más conocidos como los ‘Slow Train’, ‘Gotta Serve Somebody’, ‘Solid Rock’, descubres o redescubres otros como ‘I Believe In You’, la muy festiva ‘Saved’ que te lleva a mover los pies, ‘Precious Angel’, ‘Gonna Change My Way of Thinking’, ‘Every Grain of Sand’, etc.
Por nosotros, que siga sacando más materiales como el que nos ocupa que seguro que tiene bastantes cosas guardadas. Dylan es Dylan y no estábamos muy familiarizados con este periodo pero nos hemos rendido al mismo.