Todos los veranos nos gusta comenzar una sección nueva, que aborde cuestiones diferentes. En este año 2016, desde Los Restos del Concierto vamos a tratar canciones de algunos de nuestros artistas o bandas favoritas que no son los hits o las canciones más conocidas, ni mucho menos. Puede que algunas de ellas también hayan tenido su trayectoria, que los y las entregadas a la causa las conozcan de sobra, pero no han trascendido tanto como sus grandes clásicos. Son canciones que proceden de discos menos conocidos o también de aquellas obras maestras y que se han quedado sepultadas en ellas. Son temas que nos gustan y que queremos compartir. Puede dar lugar al debate, estos son gustos como decimos siempre, y todo es subjetivo, pero son canciones que nos tocan, y que se han hecho un hueco en nuestras preferencias. Lo dicho, habrá unas cuantas más en esta nueva sección para el verano de 2016 que hemos denominado ‘Canciones escondidas’
Ya hablé hace mucho tiempo de Prairie Wind (2005) en otra sección que tenemos olvidada, ‘Discos que nos marcaron’, disco de Neil Young tras superar una delicada operación por un aneurisma en la primavera de ese año. Este trabajo está marcado por esa circunstancia y por la enfermedad y el fallecimiento de su padre. Y, como han señalado numerosos críticos, es un disco que trata de rememorar su gran clásico, Harvest (1972), como ya intentó con Harvest Moon (1992). Folk-Rock muy crepuscular, emotivo y épico pero que no alcanza el objetivo de igualarse con los otros dos discos, aunque a mí es un disco que me sigue pareciendo fascinante y que me impulsó definitivamente a la obra de Young hasta la fecha. En el mismo, el bueno de Neil se reúne de nuevo con algunos de sus habituales (Ben Keith, Spooner Oldham, Rick Rosas, Chad Cromwell, etc.) y colabora también Emmylou Harris.
Dentro de esa línea introspectiva, Young hace un disco precioso pero que, como decíamos, no está entre sus trabajos más destacados. A mí me pilló fuerte y luego llegó el precioso documental de Jonathan Demme Neil Young: Heart of Gold en 2006, donde Young presenta su disco en el Ryman Auditorium de Nashville, junto a muchos amigos y amigas, recreando a su vez algunos de sus clásicos. De todas las canciones de Prairie Wind me quedo con este ‘The Painter’, un medio tiempo precioso que te transporta, un tema melancólico como todo el disco, pero que te deja un muy buen sabor de boca. Es como un retorno a un pasado que sabes que ya no va a volver, el de la infancia y juventud que también recrea en este disco. Otra cosa son las letras, ya sabemos que Young no es Dylan, pero aquí tiene algunos versos que, bueno, mejor dejarlos (‘Green to green, Red to red,…’), aunque otros son más acertados como el ‘If you follow every dream, you might get lost’.
Neil Young tiene muchas más canciones escondidas, pero nos hemos quedado con este ‘The Painter’ por su significado en la carrera de Young y todo lo que le rodeó. Habrá muchas canciones escondidas más en esta sección para el verano de 2016 desde Los Restos del Concierto.