Haciendo un esfuerzo por obviar los fáciles comentarios a los que invita el flequillo de Tim Burgess en la portada y en el propio videoclip, me centraré en el contenido de este segundo trabajo en solitario del vocalista de los Charlatans.
Se trata de un disco no apto para ansiosos. El lento tempo de algunos de sus temas (A case for vinyl, Tobacco fields, A gain) sumado a la delicadeza de las interpretaciones resultan un conjunto cuando menos desconcertante para un músico forjado en los clubes de Manchester. Es aquí donde la mano de Kurt Wagner, líder de Lambchop y coautor de todas las composiciones, se hace patente. Ya en su primer disco en solitario (I believe) se producía ese alejamiento de su sonido originario, pero en este trabajo esa ruptura es mucho más evidente. En cualquier caso es natural que emerjan las diferencias cuando el miembro de una banda consolidada emprende una aventura en solitario, de hecho cabe pensar que ese sea el sentido principal de este tipo de aventuras.
El disco está lleno de buenas melodías producidas al estilo del gran T Bone Burnett, dominado por la energía contenida de los sonidos acústicos y graves y sin rastro de electricidad. El bueno de Tim nos ofrece sus interpretaciones más intimistas como si se tratase de un crooner sureño envuelto en un sonido de inconfundible origen norteamericano.
En ausencia de potenciales hits la escucha de este Oh no, I love You es agradable en su conjunto. Aunque inicialmente pueda exasperar el ritmo de alguno de sus cortes, el resultado es más que aceptable y, tras varias escuchas, son precisamente los temas más pausados los que más llegan a emocionar.