¿Qué haces cuando has pasado por un calvario para publicar tu gran obra maestra y has convencido a la crítica hasta el punto de señalar tu disco como uno de los mejores de todos los tiempos? Eso es lo que les pasó a Wilco con Yankee Hotel Foxtrot (2001) en el que hacían evolucionar su sonido hasta nuevos estadios. Del «Americana» a una mayor experimentación, pasando por el Power Pop del ya reseñado Summerteeth (1999), Wilco estaban en ese momento en el que los focos estaban sobre ellos. Jeff Tweedy iba configurando la formación que sigue vigente en la actualidad y Jay Bennett había protagonizado una traumática salida de Wilco. El nivel, y las expectativas, estaban por tanto muy elevadas y Wilco entraron en el estudio con Tweedy, Mikael Jorgensen John Stirratt, Glenn Kotche y Leroy Bach. Este último dejaría la banda y justo en 2004 entrarían Nels Cline y Pat Sansone, aunque ninguno participaría en el nuevo disco. Con Jim O’Rourke (Sonic Youth, Stereolan, Smogd, etc.) apoyando en la producción, ya había participado en las mezclas de Yankee Hotel Foxtrot, y con Tweedy asumiendo de nuevo el mayor peso compositivo, Wilco alumbraron en 2004 en más ruidista y experimental A Ghost Is Born, un digno sucesor de Yankee Hotel Foxtrot pero alejado de su altura. Sin duda alguna, es un trabajo que buscaba continuar la senda afianzada con su obra cumbre pero también puede ser interpretado como un punto de llegada ya que, a partir de ese momento, Wilco no se embarcarían en otra propuesta tan arriesgada. Además, tampoco Tweedy estaba en su mejor momento, coincidiendo con sus problemas de adicción a los tranquilizantes por las migrañas que sufría, llevándole a rehabilitación unos meses antes de la publicación de A Ghost Is Born.
Wilco comienzan el disco con un tema de diez, «At Least That’s What You Said», una canción que comienza de forma lenta, como queriendo coger el testigo del trabajo anterior, pero que luego crece con el piano estridente y las guitarras más melódicas. En «Hell Is Chrome» la apuesta es más por la melodía con el piano de nuevo como protagonista, la voz de Tweedy juega con diferentes matices y las guitarras son punzantes. «Spiders (Kidsmoke)» es otra de las cimas del disco, una canción más rockera que va creciendo en intensidad hasta desparramarse por encima de los diez minutos, y con un bajo incesante que marca el ritmo. «Muzzle of Beas» comienza con Tweedy de fondo y luego va creciendo, dándole de nuevo valor al piano, con un final marcado por el solo de guitarra, aunque no deja de ser una canción más plana. A continuación, «Hummingbird» se muestra más sinuosa pero evoluciona hacia sonidos más cercanos incluso al Music Hall en una vertiente más Pop (¿The Kinks?). Por su parte, «Handshake Drugs» apuesta más por la línea del disco, Tweedy casi frasea, queda su voz en un segundo plano para darle más protagonismo a las guitarras especialmente.
La segunda parte comienza con «Whisful Thinking», una canción que parece que quiere crecer pero a la que le cuesta arrancar y creo que no consigue avanzar.»Company in My Back» casi cae en el mismo vicio, aunque tiene un punto más melódico que la sitúa un punto por encima. Pero Wilco te ganan con la efervescente «I’m a Wheel», se dejan de experimentaciones y hacen una canción muy rockera, acelerada y urgente, con unas guitarras poderosas. Sin duda alguna, una de las mejores canciones del disco, junto con la siguiente, «Theologians», también de tono Pop, el «Jesus, Etc.» de este disco, que un piano fantástico de nuevo. Toda la banda firma la muy experimental «Less Than You Think», quince minutos de canción que se expande y se hace larga, muy larga, que cuenta con diferentes estadios y que finaliza consagrada al ruidismo. Para cerrar, una vuelta a una canción más convencional como es «The Late Greats», más melódica y con unas guitarras destacadas de nuevo.
Como decíamos al comienzo, Wilco tenían difícil su siguiente paso pero acertaron, llevaron posiblemente la parte experimental más allá y se plantaron. Justo después del disco, se darían los cambios en la formación ya señalados, conformando los Wilco que han llegado hasta la actualidad. El siguiente paso sería el recomendable Sky Blue Sky (2007), para mí una de sus obras cumbres, en el que volvían a sonidos más vinculados a sus orígenes del Country Folk. A Ghost Is Born es un disco a reivindicar, cuenta con varios excesos, pero también con algunas de las mejores canciones de Wilco, una de las mejores bandas de las tres últimas décadas.