En contra de lo que puede sugerir el título (rescatado del álbum que Sly Stone grabó en 1971) estamos ante un disco en el que predominan el ambiente y la calma, que igualmente supone una reacción frente a la desbocada realidad actual pero hecha desde la reflexión y la pausa. Grabado en su estudio hogareño sin apenas ensayos y poblado de improvisaciones y experimentos y de nuevo producido por la propia banda y mezclado por John McEntire, supone un nuevo ejercicio de libertad y eclecticismo en el que se inclinan por la sugerencia de las composiciones instrumentales frente a la inmediatez de los textos y de otras estructuras más habituales.
Cinco años después de su última grabación original (el fantástico ‘Fade’) y tres después de las versiones entregadas en ‘Stuff Like That There’, el trío de Hoboken presenta un disco que puede sorprender si no es percibido desde la estricta independencia que les ha regido siempre y que a veces puede dar resultados inesperados. Menos elaborado y con menor disposición de medios que en aquellos, a lo largo de sus más de sesenta minutos alterna puntuales hallazgos y fases más convencionales con otros espacios más introspectivos y evocadores.
El inicio con You Are Here es de estos últimos y su sonido profundo y ambiental supone una excelente introducción instrumental antes de Shades of Blue, una de las piezas más clásicas del disco que reproduce un precioso soul pesado y cercano al mismo tiempo. She May, She Might recrea una atmósfera psicodélica y de apariencia caótica antes de la fantástica suma de ritmo y guitarras profundas de For You Too. La relajación llega con Ashes, protagonizada por las programaciones y los susurros, y la más exótica Polynesia #1, antes de mandarnos directamente a dormir con el folk atmosférico y narcótico de Dream Dream Away y el largo intermedio aún menos estimulante de Shortwave que se prolonga rítmico en la jazzy Above the Sound. Cálida y sencilla, Let´s Do It Wrong se desliza con suavidad, al igual que What Chance Have I Got, también sutil y muy calmada. A ritmo de bossanova Esportes Casual se salta alegremente la norma y también introduce variantes, en menor medida, el lento doowop de Forever antes de obedecer a la sección rítmica, con delicadeza en Out of the Pool y con absoluta libertad en el cierre instrumental de Here You are.
No indicado como medio de acercamiento al universo de la banda, que cuenta desde luego con otros trabajos más accesibles, sí que tiene valor como nueva demostración de pericia dentro de una carrera difícil de clasificar más allá de su absoluta versatilidad e independencia. Acompañamiento de calidad para momentos de introspección y relax, que en general satisface pero también se hace algo largo y despierta cierta añoranza de otros ejercicios más complejos y directos que esperamos disfrutar en su actuación del próximo Mad Cool.